Capítulo XIX

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El azote de la puerta fue suficiente para eclosionar tantas sensaciones que restringió por años.

—Bienvenido sea, jefe Jeon.

Mierda

Inhaló profundo por la nariz antes de dar media vuelta, encarando a este viejo alfa que lo esperaba en uno de los sofás, piernas cruzadas y un vaso de whisky en la mano, la máscara dorada de un león cubriendo gran parte de su cara.

—Si es una de tus mierdas, debo decirte que ya fue suficiente —dijo entre dientes, el aire de esa sala privada siendo pesada, mas el alfa dio un sorbo al licor, sus ojos regresando a él.

—Ven aquí —le ordenó y el omega tragó, sin intención de dar un solo paso. El jefe Kim palmeó suavemente el cojín a su lado—. Ven, Jungkookie.

Y no quería, joder, en serio no. Pero sus pies terminaron por obedecer y pronto tuvo al alfa frente a él, mirándole como una presa a nada de ser devorado.

—Te noto tenso —le aclaró, sus ojos denotando ansiedad. Mas él no reaccionó—. ¿Qué te pasa? Antes solías buscarme y abalanzarte como si dependieras de mí ¿No extrañas los viejos tiempos?

Soporta, solo soporta.

—Era un niño, no sabía lo que hacía. Pero usted era lo suficientemente cuerdo para saber que estaba mal...que todo estaba mal —refutó con calma, tensando sus manos a lo largo de su cuerpo y el viejo formó una sonrisa ladina. Jungkook bajó la mirada—. Se aprovechó de mi inocencia.

El otro soltó una risotada de burla, el asco eclipsándose en el ambiente y Jungkook podría huir, Dios, en serio podría, pero el cuerpo se puso rígido, como si tuviese una pesada roca en cada una de sus articulaciones.

—¿Inocencia? —el viejo soltó con ironía—. ¿Quién fue el que me pidió ser su primer alfa a los catorce años? Dígame, jefe Jeon. ¿Quién se arrastró a mí a pesar de su posición entre las mafias? —le gruñó, y pronto su muñeca fue tirada con fuerza, casi cayendo sobre el alfa si no apoyaba la palma derecha al borde del mueble. Jadeó— No te importó Youngya, ni Namjoon, Jennie, menos que sea la mano derecha de tu padre. Me lo pediste, y solo accedí. ¿Por qué me aborreces ahora?

Y trató de recomponerse, pero el viejo lo atrajo con determinación. Logró sentarlo a su par, los resortes del sofá chillando ante la brusquedad y el omega en Jungkook se alarmó apenas tuvo la mano del alfa tocándole un muslo.

—¿Y esa manipulación tan barata? —dijo de repente y el otro se congeló, los ojos detrás del antifaz abriéndose de asombro—. Retorne al presente, jefe Kim, sucesos del pasado no deben por qué afectarnos y menos cuando hace años que no me toca ni un solo cabello. ¿Cuánto ha pasado, mh? ¿Seis años? —sonrió arrogante y la mano fuerte que le tocaba lo abandonó tras un manotazo—. Está tan necesitado que tiene la osadía de mandar a Yongbok por mí. No creí que tuviera la cobardía de enviar a otros en lugar de ir usted por su propia cuenta.

—Cuida tus palabras, Jungkook. No tienes idea de con quién tratas.

—Tengo la conciencia suficiente para saber con quién trató, Hyodae-ssi. Pero usted...usted no tiene ni la mínima idea —le advirtió, poniéndose en pie enseguida y al hacerlo, un gruñido de orden logró paralizarlo por unos segundos, mas se giró para decir lo último—. Soy Jeon Jungkook, más que un omega soy un jefe, el jefe de la mafia Jeon. Y a mí nadie me sobrepasa.

Y el fuerte azote de la puerta le hizo retomar el aire restringido de segundos.

Oyó el quiebre de vidrios venir de la habitación, las quejas del alfa siendo ahogadas por la madera interpuesta. Mas, no se negó en avanzar, los ojos de Lee Yongbok a un costado de la puerta siguiéndole con perplejidad hasta perderse al fondo del pasillo.

UN ESCLAVO PARA JEON | KTH&JJK [En Emisión]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora