UN ESCLAVO PARA JEON | KTH&JJK [En Emisión]

Capítulo L

Capítulo corto y aburrido porque mi cerebro no quiere funcionar :cc

Si Jungkook pudiera remontar tres años, tal vez habría hecho las cosas un poco mejor.

—No se lo lleven —la mujer pidió al borde de las lágrimas, imponiendo fuerza en sus propias manos cuando los guardias frente a ella avanzaron un paso—. Hyodae, diles que aún no.

—Es su cachorro, Youngya, es su derecho.

El pecho de la omega se apretó y sus manos perdieron resistencia.

—N-nosotros lo criamos, nosotros... no merecemos esto —ella murmuró, sus labios pronto yendo a la frente de piel delicada del niño—. Cuídalo mucho, Jimin-ah, por favor.

El guardia no respondió, estiró las manos hacia el menor y la Luna Kim sintió el corazón romperse en pedazos cuando Jooha le fue arrebatado de sus brazos.

El llanto inició a manera que iban alejándose por el pasillo, cada paso siendo una estocada al pecho y Jimin cerró los ojos, aspirando lentamente por la nariz mientras los guardias a sus costados lo acompañaban hacia la salida de la mansión Kim.

La tarde de aquel día se convertiría en un recuerdo que jamás lograría olvidar. Era invierno, estaba a punto de nevar, y habían avisado que cerrarían las carreteras a causa de la gran acumulación de nieve, por lo que llegar a la mansión Jeon no sería tarea fácil.

—Joven maestro —el omega lo llamó despacio, pero el niño no lo miró, pues sus ojos permanecían en la ventana a su costado—. Los volverá a ver, no es para siempre. Puede ponerse cómodo, el viaje tardará como una hora por la nieve. Mire —señaló al paisaje, el cielo grisáceo y los árboles cubiertos de un manto de nieve—, cuando lleguemos, podemos jugar. Yo no tengo mucho qué hacer porque ya ordené el arsenal, ¿le parece bien?

—¿Qué es asenal?

—Arsenal —Jimin le corrigió y el niño sólo le quedó mirando—. ¿Ha visto a los guardias que tienen pistolas y armas en sus cinturones? Las balas, armas, y todo eso se llama arsenal, yo me encargo, aparte soy el comandante de la guardia Jeon.

—¿Un omega?

Ah, y decir que no se sintió ofendido sería toda una mentira.

—¿Tiene algo en contra de los omegas? —le cuestionó y el cachorro negó con la cabeza—. Bien —tragó un poco, sin dejar de mirar a los ojos de este niño que Dios, eran tan bonitos, y tan idénticos al omega que lo dio a luz—. En la mafia Jeon jamás se les hace menos a los omegas, usted como futuro jefe jamás se atreva a subestimarlos.

Este niño hacía tantas pausas que realmente resultaban cuestionables. Jimin suspiró, se rindió y dejó caer la espalda contra el respaldo del asiento. Sin embargo, Jooha no apartó la mirada, y quizás, solo quizás, si hubiera tenido la perspectiva de este, podría haberse percatado del moretón debajo de su ojo que el maquillaje no lograba cubrir del todo.

—Mi mamá es omega y le guita a mi papá —Jooha al fin habló y el omega ladeó la cabeza hacia él, arrugando el entrecejo al reconocer a quienes se refería.

—La Luna y el jefe Kim no son sus padres, son sus tíos o abuelos, como quiera decirle, pero no son sus padres —le explicó, un tanto preocupado—. Su padre se llama Jeon Jungkook y es el jefe de la mafia Jeon. No le vaya a tratar como un desconocido, quizás le dé un poco de miedo, pero es bueno, es un omega muy guapo, parece alfa, pero es porque se lo pasa casi todo el día en el gimnasio.

Jooha movió los pies que ni siquiera tocaban el suelo del auto. Tenía el típico corte honguito y llevaba unas orejeras afelpadas, y la vestimenta era muy al estilo de la Luna Kim, demasiados colores que hacía incómodo a la sola vista.