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"Hazme sentir algo"

Los meses pasaban y la "feliz pareja" cada vez se distanciaba más, aunque no lo quisieran así, ambos eran parte de bandas distintas.

Aunque Tokio Hotel era más conocido en ese momento, por lo cual más seguidamente Tom salía del país a hacer conciertos en otras partes del mundo junto con sus amigos.

Mientras que __ recién comenzaba, pero también estaba de un lado a otro, grabando nuevos discos, haciendo sus propias letras de canciones, no se puede decir más, ambos estaban realmente saturados y las pocas veces que podían verse, ellos terminaban peleando.

Tom aún no olvidaba cada vez que iba de visita a la casa de su novia y terminaban peleando porque ella decía sentirse tan sola sin su presencia, cada vez las peleas comenzaban a ser más constantes y las palabras dulces poco a poco se comenzaron a convertir en gritos.

¿Se amaban? Claro que se amaban y Tom lo intentaba demostrar cada que podía, inclusive lo hacía justamente ahora que llamaba a su chica miles de veces solamente para decirle que estaba perdiendo la cabeza sin ella, que cada pelea lo mataba.

Quería pedirle disculpas por no poder estar tanto tiempo con ella.

—¿Tom? — se escuchó del otro lado de la línea a duras penas pues la banda estaba apunto de dar un concierto en Washigton.

—Escucha, sé que soy un mal novio y lo siento. — dijo finalmente él.

—Dime tan siquiera que me amas, por favor dime que sigues haciéndolo, hazme sentir algo, porque ya van miles de veces que te disculpas. —

—Yo. . —

En ese momento se escuchó el llamado de Bill detrás de él, era el momento de subir al escenario.

—Lo siento, tengo que colgar. — dijo y rápidamente colgó, dejando a la chica con las palabras en la boca, como solía hacer últimamente.

Se quedó con los sentimientos atorados en su corazón, pero estaba atrapado, y ahora mismo estaba siendo una simple marioneta más para sus mánagers, hacia sonar guitarra al ritmo que su hermano cantaba.

Sus dedos imctaban directamente con las cuerdas, lo hacía tan rudo que sus dedos comenzaron a doler y inevitable sus dedos chocaron varias veces con el filo de las cuerdas, haciendo que se abrieran pequeñas heridas en sus dedos, eran imperceptibles pero aún así lograban sacar unas cuantas gotas de sangre.

Estaba tan molesto que incluso había olvidado tomar el caucho de la guitarra.

Durante el concierto Gustav y Georg no pudieron evitar dirigir su vida a cuatro lindas chicas que estaban en el concierto, las cuales más tarde ordenaron que llevaran al camerino de descanso que tenían en común.

Claro que ni siquiera Bill o Tom lo sabían, por lo que no pudieron ocultar su sorpresa al ver entrar a las chicas.

Tom se negó rotundamente a estar cerca de alguna de ellas, mientras ellas no paraban de insistirle a él o a su gemelo.

—Tengo que hablar con mi chica, Bill. —anunció él y Bill asintió.

—Que aguafiestas te volviste, Tom. — Gustav no pudo evitar reír ante su propio comentario.

—Es cierto, nada que ver con el Tom que dice ser mujeriego. — se atrevió a hablar una chica peli-negra ¿su nombre? No lo sabía.

Lo único que supo Tom fué que salió casi corriendo cuando sintió a la chica besar sus labios prácticamente a la fuerza.

Se encerró en su propio camerino, ¿qué pensaría su chica si le decía? Probablemente se sentiría mal y nuevamente comenzarían a pelear, no quería eso, pero también sentía que si no le decía estaría traicionándola, aunque eso ya lo pensaba desde que dejó a la chica besarlo.

Claramente no era su culpa, pero así se sentía.

—Te echo tanto de menos. — y rompió a llorar.

Lloraba como cuando era un niño pequeño y perdía su juguete favorito, o cuando tenía un par de años menos y tenía que soportar el bullying que le hicieron a su gemelo y a él.

Sin duda habían pasado muchas cosas y por desgracia para su vida, seguían pasando infinidad de cosas que aturdían su sentido razonable.

Desesperado, rebuscó entre todas las cosas que tenía esparcidas en una pequeña mesa de cristal frente a él.

Cuando finalmente encontró lo que sería su perdición, lo metió entre sus labios y tomó un fósforo para prender el cigarrillo de marihuana entre sus labios.

Poco a poco sentía como su cuerpo comenzaba a relajarse y se dejó llevar por el éxtasis que le ofrecía esa adicción casi tan peligrosa como la que tenía por la chica de Devilman.

Se dejó caer en la cama improvisada del camerino, sin importarle que su teléfono comenzó a sonar, a la primer llamada no contestó.

La causante pensó que era accidente, a la segunda pensó que  no alcanzó a tomar la llamada y finalmente a la tercera su mente comenzó a divagar sobre distintas situaciones en las que Tom estaba con otra chica.

Ella sólo quería hablar y preguntar por él.

Y él solamente quería olvidar.

Quería olvidarse de todo el estrés que tenía incluso si eso implicaba no estar conectado del todo con su realidad, quería olvidarse incluso si también se olvidaba de la Evans.

Fueron tantas cosas que ninguno supo manejar la situación.

Y tampoco es como si pudieran manejarlo de la mejor manera, apenas tenían dieciséis y ambos habían pasado y vivido tantas cosas, pero aún no estaban listos para responsabilidades tan grandes como las que estaban tomando en ese momento.

¿Entonces de quién fué realmente la culpa? De nadie.

Porque al principio Tom sólo pensaba en su amor por ella, por mucho que pelearan.

Incluso ahora cuando su mente estaba nublada y apenas tenía conciencia y control sobre sí mismo, en lo único que podía pensar era en ella.

Estaba delirando con ella, pensando que en ese momento se encontraba abrazando su delicado cuerpo, besando sus labios y recordándole lo mucho que la amaba y lo mucho que quería un futuro con ella.

Lo mucho que quería tener una casita en el bosque con ella.

—————

Lloré haciendo el capítulo, bai.

Ya suelten al wawa de Tom, y sí, los dos capítulos que siguen también serán desde la perspectiva de Tom para que comprendan más a fondo la historia detrás de todo, besos.

𝐒𝐭𝐮𝐩𝐢𝐝 𝐛𝐨𝐲┆ Tom kaulitz +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora