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"Zorra"

Pov's Tom.

Una semana había pasado desde aquel encuentro con la vocalista de Devilman, aunque lo negase quería ver su rostro de nuevo, quería saber que seguía bien.

—¿Tommy?— escuché la voz de la chica, Amalia, una guapa rubia de ojos verdes, estaba desnuda sobre mi cama, envuelta en mis sabanas.

—Oh, ya despertaste. — observé expectante unos segundos, recargando mi cuerpo semi-desnudo sobre la pared. —Necesito que te vayas.—

—¿Qué? — cuestionó la rubia, se le veía verdaderamente desconcertada ante mi petición.

—Eso, lárgate ahora, sólo fué un jodido acostón, ahora quiero que salgas de mi suite antes de que llame a seguridad.— bufé, era realmente molesto cuando se rehusaban a irse una vez que amanecía.

Cuando noté lágrimas escurriendo por su rostro fué inevitable no frustrarme más, ¿me estaba jodiendo?

Los minutos pasaban y ella simplemente seguía llorando, suficiente, cogí la mano de la chica, sacándola casi arrastrando de la suite mientras escuchaba sus gritos diciendo que me amaba.

—Llévate esto, carajo. — escupí, tomando su ropa que yacía en el suelo y aventándola hacia ella antes de cerrar la puerta con fuerza.

—Qué carajos les sucede. —

Encendí el televisor, era realmente aburrido, los canales de televisión eran limitados y en su mayoría hablaban casi de lo mismo, Tokio Hotel y sus grandes polémicas.

La más reciente relacionada con Devilman.

Incluso el momento en que __ salió de aquel centro comercial con Bill estaba ahí, plasmado en primera fila. Por supuesto los rumores de que estarían formando una pareja no faltaron, estúpidos.

Fuí sacado de mis pensamientos en cuanto Gustav entro a la habitación, sentándose en la cama en la que anteriormente estuvo Amalia.

—Carajo, esta habitación huele demasiado a sexo.—

Simplemente me encogí en mi lugar, restándole importancia.

—¿Qué sucede Gustav, tanto me extrañabas que tuviste que venir a altas horas de la madrugada? — bromeé, sacando un cigarrillo del tocador. —¿Quieres?

—No me ofrezcas tus mierdas, Kaulitz. — murmó. — Bill me mandó, dice que en una semana asistiremos a unos premios o una mierda así, no le puse atención.

—¿Estarán ellos? — pregunté.

—¿Ellos quiénes?

—Los idiotas de Devilman. — finalicé prendiendo el cigarrillo que tenía en la boca.

—Lo más seguro es que si, y deja de llamarlos así, si alguien nos escucha se hará más polémica.

—Me importa una mierda, son unos jodidos. —

Expulsé el humo del cigarro, tomando asiento al lado de Gustav.

𝐒𝐭𝐮𝐩𝐢𝐝 𝐛𝐨𝐲┆ Tom kaulitz +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora