ʟɪᴛᴛʟᴇ ꜱᴜɴꜱʜɪɴᴇ | ᴍɪᴄʜᴀᴇɴɢ

☼ 7 ☼

La última clase del día de Chaeyoung sería educación física. Realmente odiaba esa materia, sobre todo por el ajustado uniforme que les hacían usar para la misma. El sudor, el calor y la tela constantemente pegada a su piel era el verdadero infierno sensorial.

Por suerte para Chaeyoung, aún no habían bajado sus zapatillas del mástil, por lo que tenía una excusa para no participar de la clase. Se quedó sentada en las gradas del gimnasio, viendo cómo sus compañeras jugaban voley.

Como en tercer año no eran muchas chicas, hacían educación física junto a las de cuarto, por lo que podía ver a su amiga Momo y a su bully, Myoui Mina. No iba a negar que se quedó mucho tiempo observando el cuerpo tonificado de la de cabello negro. Sus piernas estaban bien marcadas y, cuando levantaba los brazos, podía ver un poco de su abdomen.

─¡¿Qué tanto miras, rarita?! ─Gritó Mina mientras le aventaba el balón a la menor. Esta estaba tan perdida en sus pensamientos que no se dió cuenta de esto y recibió un pelotazo de lleno en la cara.

La entrenadora se acercó rápidamente y ayudó a Chaeyoung, quien tenía la nariz sangrando debido al golpe. La mujer llevó a la pequeña a la enfermería, dónde la ayudaron a detener el sangrado.

Por si acaso, Chaeng se puso un papelito en la nariz para que absorba la sangre en caso de que vuelva a sangrar. Hecho esto, volvió al gimnasio. La clase ya estaba acabando y las chicas comenzaban a caminar hacia los vestidores para cambiarse y refrescarse. Los minutos pasaron y vió a Mina buscando y rebuscando algo en su mochila y casillero.

Resulta que estaba buscando su desodorante. No parecía encontrarlo y se la podía ver claramente frustrada. Lo que menos quería la japonesa era pasar todo el camino a su casa incómoda.

Chaeyoung se acercó lentamente y, con una pequeña sonrisa, le extendió su desodorante a la mayor.─ Ten.

─Vete, Autistonta. ─Mina trató de ignorarla y siguió buscando, pero la menor sacudió su mano, impaciente por que tomara el desodorante. La japonesa giró los ojos y soltó un pesado suspiro. Extendió su mano y lo tomó de mala gana.─ Sólo porque realmente lo necesito.

Se puso el contenido en sus axilas, sintiéndose más fresca al instante. Terminó de usarlo y se lo tiró a la más baja, quien lo atrapó torpemente.

Mina tomó su mochila y comenzó a caminar para salir de allí, fingiendo indiferencia. En un momento se volteó y vio que Chaeyoung seguía ahí parada, guardando el desodorante en su mochila.

─Gracias. ─El agradecimiento de Mina fue casi inaudible e, instantáneamente después, se fue, siguiendo su camino. Chaeyoung lo había escuchado.

Una sonrisa se formó en su cara, sintiendo su corazoncito saltar de alegría mientras en su cabeza repetía ese "Gracias" una y otra vez.

Gracias. Gracias. Gracias.

Chaeyoung salió de allí con la mejor sonrisa que podría mostrarle al mundo. Estaba genuinamente feliz. Momo, al verla, levantó una ceja.

─Chayo, te estuve buscando ¿Dónde estabas? ¿Y por qué tan alegre? ─Chaeyoung se encogio de hombros, sonriendo.

Gracias. Gracias. Gracias.

─Mina me dijo "Gracias".

─Wow... ¿En serio?... Chayo, te sangra la nariz de nuevo. ─Señaló preocupada la mayor. Chaeyoung se limpió con su manga, aún sonriente, y se volvió a encoger de hombros, restándole importancia. Comenzó a caminar en dirección a su casa con Momo siguiéndola por detrás. ─¿Por qué te dijo eso? ¿Qué hiciste? ¿No estás mintiendo? ¡Chayo, no me ignores!