ʟɪᴛᴛʟᴇ ꜱᴜɴꜱʜɪɴᴇ | ᴍɪᴄʜᴀᴇɴɢ

☼ 20 ☼

─¡No inventes! ¿Entonces ella te besó? ─Hoseok la miraba sin creer lo que la pequeña le había contado. Chaeyoung asintió con una enorme sonrisa al recordar lo que había pasado hace un rato.─ Vaya, ya presentía que Myoui te miraba de una manera especial.

─Igual no te lo podía decir, así que no digas nada, Hobi. ─Suplicó Chaeyoung. Tenía miedo de que Mina se molestara con ella por haber revelado su secreto, aunque el mayor técnicamente había adivinado la mayor parte.

Hoseok, al escuchar el nuevo apodo que le puso la más pequeña, más los ojos de cachorrito que tenia en ese momento, se derritió de ternura y asintió, prometiendo no decir nada.

─No te preocupes, Chaengie. Tu secreto está a salvo conmigo. ─Pasó su mano por el cabello de la menor, despeinándola un poco. Chaeyoung empujó su mano mientras él reía suavemente.

Mina estaba llevando a devolver algunos libros a la biblioteca, cuando un cuerpo impactó con el suyo, haciendo que todas sus cosas se caigan al suelo.

─Quítate del camino, Myoui. ─Era Jackson. Ahora se estaba dedicando a hacerle la vida imposible a la japonesa.─ Como que últimamente dejan a las perras sueltas ¿No, Bambam?

Ambos chicos rieron, pisoteando las cosas que se cayeron de los brazos de Mina a su paso. La chica bufó molesta y comenzó a levantar los libros. Una mano se encontró con la suya. Levantó la mirada y vio el rostro de Chaeyoung, quien estaba saliendo de la biblioteca y vio lo que pasaba y ahora estaba ayudándola a levantar las cosas del suelo.

─Chaeyoung... ─Mina sonrió levemente con las mejillas algo ruborizadas. Ambas se levantaron y la menor le dió el libro que tenía en sus manos.

─Jackson tiene que aprender a lavarse la cola. ─Este comentario tomó por sorpresa a Mina, quien soltó una sonora carcajada. Chaeyoung sonrió, era la primera vez que la escuchaba reír así por algo que ella dijo. Quisiera escucharla por siempre.─ Es algo que dice Momo siempre, y concuerdo.

─Chaeyoung, gracias. ─Habló Mina con una pequeña sonrisa. Todavía sentía culpa por todo lo que alguna vez le hizo, y Chaeyoung siempre fue tan dulce con todos.─ Lo siento...

─¿Por qué?

─Por todo, Chaeyoung. He sido una perra, y me arrepiento totalmente, porque tu sigues siendo igual de dulce... ─Chaeyoung puso una mano en el hombro de Mina y le regaló una sonrisa.

─Minari...─ Lo que sea que Chaeyoung iba a decir se le borró automáticamente de la cabeza al ver que Mina traía en su mochila un pin de The Owl House. La castaña comenzó a agitar sus manos emocionada.─ ¿Ves The Owl House?

─Era mi secreto... ─Susurró algo apenada, cubriendo el prendedor con una de sus manos.

─¡Eso es genial! Ya que yo soy como Luz, ella es mi mayor kin, y tú me recuerdas a Amity, es decir que tenemos que estar juntas, Mi-...

Las manos de Mina taparon su boca, evitando que hable de más y alguien pudiera escucharlas. Dejó caer los libros que llevaba y, sin importarle eso, arrastró a Chaeyoung a un salón desocupado.

─¡Te dije que no digas nada! ─La regañó la japonesa. Chaeyoung se sintió un poco mal, ya que no le parecía divertido esconder lo que sentía por Mina. Ella notó el cambio de humor automático de la menor y suavizó su mirada.─ L-lo siento, es que n-no estoy lista para que todos... lo sepan...

─Lo siento, Minari, pero es que me gustas tanto que me emociono, como cuando hablo de My Little Pony o de Minecraft. Creo que te convertiste en uno de mis intereses especiales, porque no puedo parar de pensar en ti y-...

No sabía si le desesperaba que hablara tanto o el hecho de que fuera tan linda, pero Mina decidió callarla con un beso. No fue como los primeros, sino que esta vez parecía ser un beso más hambriento. Chaeyoung trataba de seguirle el ritmo, sin apartarla, pues le gustaba mucho ese contacto.

Hoseok, quien presenció todo lo que pasó fuera de la biblioteca, al ver que su amiga se fue con Mina, decidió dejarlas solas y recogió los libros que la japonesa dejó caer.

─Ay, el amor... Vuelve locos a los jóvenes.─ Habló para si mismo, dirigiéndose a la biblioteca para devolver aquellos libros. Los dejó sobre el escritorio de la bibliotecaria, encontrándose con su joven aprendiz voluntario.─ ¡Buenos días, Min! Veo que la señorita Ahn te dejó a cargo ¿Eh?

─Sí... Es muy tranquilo por aquí. ─Habló el muchacho de ojos gatunos, mirando curiosamente los libros que trajo el menor.─ ¿Tú sacaste estos? No recuerd-...

─Ohh, no, no. Son de Myoui Mina, vengo a devolverlos por ella. ─Lo interrumpió con una enorme sonrisa, guiñándole un ojo.─ Ya sabes, haciéndole un favor a una buena amiga.