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Habían pasado dos días desde la última vez que Chaeyoung vió a Mina

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Habían pasado dos días desde la última vez que Chaeyoung vió a Mina. Estaba muy preocupada y triste. Al principio trató de no pensar demasiado en aquello, tal vez estaba enferma o algo, pero tampoco respondía mensajes. Pensó en llamarla, pero le aterraba la idea de realizar una llamada.

─ Chaeng ¿Estás bien? ─ Preguntó Hoseok, acercándose a su amiga. Notó su aura de tonos oscuros y azules, cuando normalmente estaba llena de colores vibrantes. La castañita negó con la cabeza y lo abrazó con fuerza.

─ Minari. No está... No me contesta. ─ Lloriqueó en el pecho de su amigo, buscando la comodidad que encontraba siempre entre los brazos de Mina, pero no era lo mismo. Sorbió su nariz antes de seguir. ─ ¿Hice algo malo?

─ Chaeng, para nada. ─ Habló Hoseok, separándose un poco para ver su rostro. ─ No hiciste nada malo, eres la chica más dulce, tierna, detallista que existe. No existe probabilidad de que hayas hecho algo malo.

─ Entonces ¿Por qué Minari no está? ¿Le habrá ocurrido algo? ─ Se limpió las lágrimas con la manga de su suéter. Hoseok hizo una mueca, pues teníaun mal presentimiento.

─ Me preocupa pensar que existe la probabilidad de que sí sea así... Ya aparecerá, Chaeng. ─ Le dió un último abrazo antes de acompañarla a su salón, pues ya era hora de las últimas clases del día.

La coreana de corte de coco se pasó toda la clase distraida pensando en qué le podría haber pasado a su amada japonesa. Somi intentó charlar con ella, pero Chaeyoung sólo respondía "mhm", si es que respondía. La canadiense queria ayudar a su amiga, pero no estaba tan al tanto de lo que pasaba. Al menos no tanto como Momo.

Momo había sido la primera en recibir la pregunta de "¿Dónde está Mina?" de parte de Chaeyoung. La ayudó a buscarla, pero no la encontró por ningún lado. Supuso que necesitaba un tiempo a solas antes de volver a verlas después de la discusión con Jackson, pero esa idea rápidamente se desvaneció al ver que Mina no apareció en ninguna de las clases siguientes.

La rubia estaba molesta, pensó que se trataba de alguno de los tontos juegos de Mina. Se maldijo miles de veces por siquiera pensar en que sería buena idea perdonarla, suponer que había cambiado, dejarla estar cerca de Chaeyoung. Ahora, por su culpa, la pequeña estaba totalmente destruída.

Al terminar las clases, Chaeyoung salió lentamente y esperó unos minutos frente al edificio, con una pizca de esperanza de que, por esas amplias puertas, salga su linda novia con una sonrisa y las mejillas rosadas al verla.

─ Minari... ─ Susurró más para sí misma, pero deseando que pudiera escucharla. ─ Hoy cumplimos cinco dias de novias... Te extraño, Minari.

Se sentó sobre una banca de piedra que estaba allí, moviendo sus piecitos de adelante a atrás. Suspiró con la mirada fija en estos y sus manos se apoyaron sobre la superficie donde estaba sentada.

─ Te compré unas florecitas, no sé si te vayan a gustar porque no conseguí algunas de tu color favorito, pero te compré unas amarillas muy bonitas. No sé cuando te las podré dar, pero están en mi cuarto. ─ Dijo con una sonrisa algo triste. ─ Las cuidaré por ti, Minari... Pero vuelve, por favor...

ʟɪᴛᴛʟᴇ ꜱᴜɴꜱʜɪɴᴇ | ᴍɪᴄʜᴀᴇɴɢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora