❝Son Chaeyoung, por favor quítese los audífonos, estamos en clase.❞
La chica nueva en el colegio era algo extraña y no obedecía ciertas reglas escolares. Además, solía tener problemas para hacer amigos, por lo que era un blanco para los bullies...
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─ ¿J-Jackson? ─ El terror se podía ver en los ojos de Mina, pero, por la presión de su mandíbula, cualquiera podría notar la furia que sentía. ─ ¿Qué mierda?
─ Mina, Mina... Tu papi estaba preocupado por ti y sólo quiere que te cures. ─ Habló el chico, acercándose a la japonesa e intentando poner una mano en su mejilla, pero esta lo esquivó. ─ A decir verdad, también espero que lo hagas.
─ ¿Por qué haces esto? ¿Tanto me odias por no sentir lo mismo que tú? ─ Las lágrimas comenzaban a inundar los ojos de la pelinegra.
─ En parte, podríamos decir que sí, estoy algo dolido por el hecho de que me hayas rechazado para irte con esa autista. ─ Al escuchar eso, Mina apretó los puños. ─ Creo que te servirá tanto como lección como terapia de conversión ¿Genial, no? Además todos ganamos. Yo me caso contigo, tu te curas y tu papi gana un montón de dinero y un increíble puesto en la empresa de mi papá.
Mina se sentía impotente. Su padre la estaba usando de moneda, Jackson nada más la veía como un trofeo, eso la enfurecía ¿No habia nadie en este maldito mundo que la viera como una persona?... De hecho, sí la había. Chaeyoung. Ella siempre le vió el lado bueno y nunca se rindió con ella. Las lágrimas comenzaron a caer sin control por sus mejillas mientras caía al suelo de rodillas, destrozada.
─ Oh, Mina... Se me hace añicos el corazón de sólo verte así. ─ Jackson apoyó una mano sobre la espalda de la japonesa, quien sólo se tensó al sentir aquel tacto. ─ Ya pasará. Pronto serás Wang Mina y te olvidarás de esa retrasada que te quiere confundir.
─ Te odio. ─ Murmuró Mina, descubriendo su rostro y dejando ver sus ojos enrojecidos por el llanto, pero llenos de ira. Si alguna vez estuvo enojada, eso no se comparaba ni siquiera a un tercio de lo que sentía ahora. ─ Todo es tu culpa ¡Es tu culpa! ¡Te odio! ¡Te odio tanto, Jackson!
La japonesa se abalanzó sobre el chico, golpeando su pecho una y otra vez, dejando salir todo el rencor que le guardaba. Las lágrimas jamás dejaron de caer, y las palabras "Te odio" fluían como agua de río, inundando la habitación.
─ Te detesto... Te odio... ─ Jackson la había tomado por las muñecas, intentando detener sus golpes. Mina seguía intentando agredirlo, mas no le quedaban fuerzas. ─ Jamás en mi asquerosa vida voy a amar a alguien como tú.
Los fuertes brazos del chico envolvieron al cuerpo tenso de Mina, sosteniéndola en un intento de abrazo del cual ella intentaba soltarse.
─ Aprenderás a hacerlo, Mina.
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