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─ ¿Qué mierda está pasando? ─ El señor Myoui, al escuchar tanto alboroto, salió de la casa encontrándose con Jackson, quien sujetaba con fuerza a Chaeyoung, la cual teníauna expresión alarmada al ver que su amiga la dejó sola

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─ ¿Qué mierda está pasando? ─ El señor Myoui, al escuchar tanto alboroto, salió de la casa encontrándose con Jackson, quien sujetaba con fuerza a Chaeyoung, la cual teníauna expresión alarmada al ver que su amiga la dejó sola. ─ ¿Quién es esta?

─ Esta es la que corrompió a su hija, señor. Ayúdeme a llevarla adentro antes de que alguien la vea. ─ El hombre obedeció a las palabras de chico, tomando a Chaeyoung por las piernas y, entre los dos, metiéndola a la casa.

Mientras Jackson la mantenía inmóvil, el señor Myoui la ató de manos y pies. El más joven se acercó al oído de la castañita y susurró sobre este, cosa que ella odiaba: ─ Un sólo ruido fuerte y no sales de esta ¿Entendido?

Chaeyoung, aterrada y con lágrimas en los ojos, asintió repetidas veces. Tenía mucho, mucho miedo. Jackson quitó la mano de su boca y se alejó lentamente, sin despegar la mirada de la castañita que se encontraba paralizada y llorando en silencio. Sorió de lado al verla así. Sí que era patética.

─ Uff ¡Cómo voy a disfrutar tener a Mina para mí solo! ─ Se burló, intentando provocar a la más bajita. Chaeyoung apretó los labios. Quería mover sus manos y calmarse, pero estaba atada. Trató de no pensar en el asunto, trató de ir a su lugar feliz y no pensar en el horrible de Jackson.

No pudo hacerlo sabiendo que su lugar feliz era Mina y ella se encontraba encerrada mientras Chaeyoung había fracasado su misión de ayudarla. No era la bruja buena Chaeyoung. Jamás sería como Luz Noceda. Había fallado.

─ M-Mi mamá se preocupará... ─ Murmuró bajo, casi inaudible. Jackson, sin realmente entender lo que había dicho, la empujó, haciendo que caiga de costado. Por estar atada, no pudo volver a sentarse por su cuenta.

─ Sí vas a hablar, hazlo bien, retrasada. ─ Bufó con molestia. Chaeyoung frunció el ceño y, con los ojos cerrados, gritó.

─ ¡Me van a buscar! ¡M-Mi mamá me va a buscar! ─ En el momento que ella levantó la voz, Jackson se tensó y se acercó a ella, tomándola por la camisa y sacudiéndola con algo de violencia.

─ ¡Te dije que no grites o yo mismo te voy a matar! ¡No vas a quitarme a Mina! ¡Me pertenece, pagué por ella! ─ Su mandíbula estaba tan apretada que Chaeyoung podría jurar que en cualquier momento los dientes de Jackson reventaría. Levantó el puño dispuesto a golpear a la castañita de corte de coco, pero una mano lo detuvo.

─ No queremos problemas de más. ─ Habló el señor Myoui, quien se habia acercado al ver el alboroto. ─ Ya complicaste las cosas desde el momento qie se te ocurrió venir a pleno día. Juro que si hay algún inconveniente, se cancela todo.

Chaeyoung abrió los ojos con algo de esperanza ¿Eso significaba que si ella causaba problemas, Mina no tendría que casarse con ese hombre horrible? Tomó una bocanada de aire, aterrada pero decidida, y pegó un grito desgarrador, sorpendiendo a Jackson quien la soltó automáticamente.

─ ¿¡Que hiciste!? ¿¡Qué le pasa!? ─ El hombre mayor se tapó los oídos y miró a la chica que no paraba de gritar como si fuera el bicho más raro del mundo. Jackson, con el ceño fruncido, se encogió de hombros.

─ ¡No sé! Es retrasada, autista, algo así.

─ Mierda. Lo que nos faltaba... ─ Rápidamente, Myoui se puso a pensar en algo para quitarse a la chica de encima. Negó con la cabeza y ordenó: ─ Métela al sótano.

─ ¿Con Mina? Pero...

─ ¡Obedece, mierda! ─ Gritó antes de salir de la habitación y dirigiendose al patio trasero en busca de algo de silencio. Jackson bufó y tomó a Chaeyoung de los brazos, arrastrándola a la puerta del sótano.

─ Quédate quieta, por el amor de dios. ─ Se quejó al no poder mantener el agarre con comodidad debido a los movimientos exagerados de la castañita, quien no paraba de gritar.

Con algo de dificultad, desllaveó la puerta y la abrió. Chaeyoung siguió retorciéndose, terminando por soltarse del agarre de Jackson y cayendo contra el suelo. El chico soltó un quejido exasperado y se acercó a ella, la tomó de las muñecas y le dió una bofetada.

─ Te dije que te quedes quieta, hija de-... ─ De repente, Jackson cayó al suelo inconsciente, revelando detrás de él a Mina con un bate de béisbol viejo y desgastado. Se había preparado para salir y darle en la cabeza desde el momento en el que escuchó a su novia gritar.

─ Chaeyoungie... ─ Mina se agachó y, con cuidado, desató los nudos que inmovilizaban a la más baja. Una vez deshechos, la castañita se abalanzó sobre su cuerpo, abrazándola con fuerza. El abrazo no duró mucho, pues aún no estaban libres de peligro. ─ Chaengie, tenemos que salir.

La menor asintió y juntas, tomadas de la mano para que nadie las pudiera separar, comenzaron a caminar por los pasillos de la casa de los Myoui. El suelo rechinaba ligeramente, pero no parecía llamar la atención del padre de Mina.

Se dirigieron a la puerta principal y, para su mala suerte, estaba cerrada con llave. Mina maldijo para sus adentros, mirando a Chaeyoung con una mueca de frustración. Decidieron buscar otra salida.

Probaron todas las ventanas de la primera planta, pero nada. Pensaron en que quizás podrían romperlas, pero Mina no quería que Chaeyoung se fuera a lastimar con el vidrio. La japonesa suspiró pesadamente.

─ ¿Y a-ahora? ─ Preguntó la castañita en un susurro. Mina la miró por unos segundos antes de hablar.

─ Solamente nos quedan dos opciones. ─ Comentó. ─ Podemos ir a la cocina y tratar de salir por la puerta de atrás, o dirigirnos arriba y salir por la ventana de alguna habitación.

Chaeyoung lo pensó. Ambas sonaban difíciles, pero la respuesta para ella era clara.

─ Por arriba, porque tu papá se fue por atrás y no quiero que te vuelva a agarrar... ─ Apretó un poco la mano de Mina. No pensaba soltarla jamás.

La nipona asintió, tenía un punto. Las dos chicas, subieron con cuidado las viejas escaleras de la casa, sintiendo la madera rechinar bajo sus pies. De vez en cuando miraban hacia atrás, no querían encontrarse con el señor Myoui. El miedo trepaba por sus columnas vertebrales, pero sus manos permanecían unidas mientras subían.

─ Chaeng, por aquí. ─ Habló Mina en voz baja, guiando a su novia hacia la habitación de su padre, ya que la ventana daba hacia el frente de la casa. Una vez dentro, cerraron la puerta. La pelinegra señaló la cómoda del hombre y miró a la más baja. ─ Ayúdame a mover esto.

Chaeyoung obedeció y juntas arrastraron el mueble hasta la puerta, bloqueándola por si eran descubiertas. Mina, rápidamente, se dirigió a la ventana y sonrió ampliamente en el momento que pudo abrirla sin problema alguno. Sacó la cabeza y miró hacia abajo. Se veía alto, pero eso era lo de menos, ya que había alguien ahí abajo.

─ Mierda... ─ Murmuró alejándose de la ventana. Chaeyoung la miró, confundid. y preocupada. ─ Bambam está abajo ¿Qué hacemos ahora?

 ─ Bambam está abajo ¿Qué hacemos ahora?

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Que procede jakdks

ʟɪᴛᴛʟᴇ ꜱᴜɴꜱʜɪɴᴇ | ᴍɪᴄʜᴀᴇɴɢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora