Unión - Ray x Norman [HIATUS]

27.- Pintura

La quietud de la mañana siempre es característica en los días de Norman. Su tía Bárbara no hace demasiado ruido en esas horas, a diferencia del resto del día.
Han pasado ya unos meses desde los últimos acontecimientos, aún así ese tiempo se ha sentido como una década, Norman ahora tiene 14 años, el tiempo va tan pesado y pese a ello es bastante disfrutable. Su relación con Ray sigue en mejoría, él sigue cuestionando si sus sentimientos están bien.
La respuesta que Ray le dió sobre su inseguridad lo reconforta mientras lo hace sentirse aún más confundido de lo que ya estaba.

"Está bien" sí para los demás lo está pero él mismo aún no sabe ni siquiera que sentir y porque. Sus sentimientos lo abruman aún siendo alguien que suele ser bastante racional.
"Amor simplemente" Ni siquiera sabe qué es amor. No sabe nada. Ni siquiera está seguro del amor que alguna vez creyó sentir.
Todo se revolvía en su cabeza, pese a ello estaba consciente de que no eran más que inseguridades propias. Si bien se encontraría con muchos problemas por su orientación pero, siendo realistas, en esta época ¿Qué cosa no trae problemas?
El albino termina de acomodar su moño delante del espejo, se sonríe a sí mismo para darse ánimos. Tiene esperanza en que será un buen día.

Norman baja las escaleras con cautela como siempre, prefiere mantener el aura silenciosa.
Su tía lo espera en el comedor con el desayuno servido y Norman habla enserio cuando dice que esa mujer podría ser ninja con lo rápida y silenciosa qué es.

— Buenos días tía — Habla en un tono tranquilo y suave.
— ¡Buenos días querido Norman! Ven, antes de que esto se enfríe. La comida fría sabe a cola así que come rápido — Su tía pese a la quietud tenía el ánimo por las nubes como solía ser usual. Era sorprendente pensar que esa era la misma mujer seria de negocios.

El albino comienza a comer mientras sigue divagando en sus propios pensamientos, buscar el punto lógico en el amor no suena la cosa más racional del mundo.
— Eh, deja de pensar tanto, te vas a descomponer — Una voz femenina lo saca de su pensar, rápidamente alza la mirada y sonríe tímidamente. — Algo te pasa niño, habla —

Su tía nunca ha sido muy suave con las cosas, solo muy específicas ocasiones es suave. Era parte de ella.
— No tía, solo cuestiono unas cosas, yo... — Un ruido algo fuerte le caló el cuerpo y sintió escalofríos. Era el sonido del timbre.
— Hmm, ya llegó tu amiguito por ti. Al rato hablamos de esto, ni creas que te salvaste —

Norman asiente y termina lo que quedaba de su plato con algo de prisa, toma su mochila y acomoda un poco su cabello.
Hace un ademán para despedirse de su tía y sale a la puerta.

— Hmm, buenos días — Ray saluda con una sonrisa ladina y un ademán suave.
Hacia ya un mes que ambos caminaban juntos a la escuela. Al menos una vez a la semana debido a la distancia que había entre sus casas, igual, Ray prefería las mañanas a solas por ello no iban todos los días.
_Norman estaría feliz si fuese así._
— Buenos días Ray — Saluda el albino cerrando la puerta detrás de sí sin hacer mucho ruido.

Ambos caminan lado a lado sin decir mucho, a veces el simple hecho de estar uno junto al otro era suficiente, se sentía un ambiente muy distinto, una calidez en su pecho y su pequeño corazón se sentía como si fuese a salir de su pecho.
Norman permaneció en silencio un momento más mirando el rostro del adverso notando el cansancio que se mostraba en el mismo.
— ¿Te desvelaste de nuevo? — Preguntó tomando su mejilla un momento. Ahora tenían esa confianza de tener contacto sin andar avisando o sin que fuese incómodo.
— Sí, un poco. La tarea de arte... La dejé a último momento —
— Hmm, artes da flojera pero se tiene que hacer, no hay de otra Ray... Por cierto ¿Qué dibujaste? —
— Nada que te incumba —
— Oh, ¿Con qué con esa andamos? —
— No, no quería ser grosero, solo... Lo verás en la exposición, ¿Qué no? —
Norman asintió entre risas y bajó su mano al hombro ajeno acariciando este suavemente.