Unión - Ray x Norman [HIATUS]

7 - Norman

Norman era un hijo anhelado, planeado y ya tenían lo suficiente de tiempo y dinero para criarlo, básicamente tenía su vida planeada para ser perfecta.

Era hijo de dos personas bastante conocidas, los señores Minerva.
Ambos eran los fundadores de una empresa de apoyo para los orfanatos, solían brindar apoyo a todo orfanato de toda la nación a la que pertenecían, claro que no lo hacían personalmente.
Todo esto hacia que tuvieran un flujo de dinero bastante extenso, a diferencia de ello que muchos pensarían no era nada fuera de la ley, todo era conseguido de manera limpia y repartido de la misma manera.

El padre de Norman, William Minerva, era un hombre adulto de ojos verdes, con lentes, cejas pobladas y cabello albino, alto y algo fornido; su carácter era algo fuerte sin embargo podía controlarse.

Su madre, Ellie Minerva, por el contrario; era una mujer adulta de ojos azules, cejas delgadas y con cabello rubio a la altura del hombro, alta de igual manera, con un cuerpo bien formado con un carácter suave pero imponente acompañado de una voz amable que puede cambiar según las circunstancias.

Sí, Norman era la más bella prueba de la unión de aquel matrimonio tan organizado y divino... No hay nada que pueda negarse de eso.

Él fue criado con toda la atención y amor del mundo, rodeado de las mayores comodidades que te puedas imaginar, sin embargo tenía una formación tan elaborada que le impedía sentirse superior pues pese a la posición económica que tenía su familia le pidieron que siempre fuera humilde y que ayudará a quien lo necesitara, fuera en la circunstancia que fuera.
Al igual, él por su buen carácter y maneras de tratar al resto estaba rodeado de amigos al lugar al que fuera, por su casa, en la escuela, se sentía el más afortunado. Sus padres también le enseñaron a Norman a hacerse responsable respecto a cualquier acción que hiciera "No hagas sufrir a nadie cariño" le repetía su madre "Mi niño, siempre termina lo que empieces" le solía decir su padre.

Norman no podría quejarse, tenía una vida perfecta, los padres perfectos, comodidades perfectas, amigos perfectos y una tía perfecta que lo visitaba cada año.
No podría pedir más.
Quizá no cuando era tan esperanzado y creía que si reaccionaba bien el mundo haría lo mismo.