Paciente 005; Keir Vincent

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   El dolor físico aumentaba mediante iban pasando los días, las palabras de la gente dolían, sus actitudes y comportamientos hartaban, y el dolor en mi pecho crecía. Ya había llegado al punto de que la razón de mi tristeza estuviera ausente, ya no entendía el "porque" de las cosas; de mis sentimientos, pensamientos, y dolores ...
   Todo parecía interminable, y se sentía insuperable.

   Todos los días era lo mismo, me levantaba con mis extraños pensamientos, y mis mareos repentinos, una tormenta se asomaba cada vez más, amenazando con explotar y aniquilar todo a su paso... Las emociones reprimidas ya me estaban enfermando, y los intentos de consuelo ya eran fallidos antes de su inicio.

   Cada vez me encontraba más solo, y perdido, sentía culpa por todo lo que hacía; por comer lo que mi madre preparaba, por enojarme, por estresarme, por querer faltar a clase, por quererme morir.
   No me sentía merecedor de cualquier afecto de amor. Siempre me buscaban con propósitos escondidos, me habrían sus alas y cortejaban mis oídos, para luego exigirme algo que como casi siempre, negué, y como su acto final, se pintaban de víctimas y toda la culpa de sus desastres era mía.

< Pero ya no quiero llevar ese dolor conmigo, quiero que toda ésta mierda acabe... >


- Le ha quedado muy rico, madre - comenté, luego de probar la sopa.
- Gracias, hijo - tomó una pausa - me han dicho, que hoy en el colegio te has peleado con tu compañero, ¿Es cierto? - interrogó ella con una mirada espeluznante. Y en ese instante, no podía articular palabras, así que simplemente asentí...
- ¿Crees que no pasa nada si solo te peleas? - agaché la cabeza. - ¿Acaso no piensas en mí y en tu hermano? ¿Quién te crees que eres para ir y armar tan escándalo? ¡Eres un maldito mal agradecido! - exclamó levantándose de la mesa y golpeándola.
- L-lo siento, madre, no fue mi inte- me interrumpió.
- ¿No fue tu intención? - repitió dos veces, luego se acercó a mí y me tomó por las mejillas para levantar mi rostro - eres un pesado de mierda que solo causa problemas - susurró - ¡No debería haberte tenido! - gritó en mi rostro, para luego sujetarme del cabello y arrojarme al piso como un saco de harina echado a perder...

   La sangre bajaba por mi nariz, y en mi frente yacía un gran corte, cual me asustaba intensamente.

- ¡Vete para tú habitación! ¡¿Qué querés?! ¡¿Qué tu hermano te vea así?! - exclamó realmente fuerte, y me dió una patada.
   Asentí y de a poco me fuí. Entré a mí recámara y me dejé caer al suelo...
   Sentía un gran dolor en todo mi cuerpo... < "¡No debería haberte tenido!" > Esa frase retumbaba en mi cabeza, no se iba... < ¿Si yo no estuviera, ella sería feliz? > Comencé a preguntarme.

- Tal vez ella tenga razón.... Soy un pedazo de mierda - empecé a hablar vagamente - quizás sí soy tan malo cómo dice, quizás debería morirme... - finalicé.

   Aquella idea seguía en mis pensamientos, y no se iba, todo yo dolía. Pasaron horas, quizás tres o cuatro. Mi estómago comenzó a gruñir del hambre, y pude escuchar la voz de mi madre diciendo "¡Tú hermano y yo vamos a salir con Henry, cuando venga, quiero toda la casa limpia!" Y después un gran golpe. Lenta y torpemente me laventé y asomé por la ventana.

   Mi madre y Mario estaban subiendo al auto de Henry, ella tenía una sonrisa tan grande y era tan dulce que me causaba envidia y dolor ver cómo ella trataba tan bien a su novio, y a mí, cómo una bolsa de basura. Mario no hablaba mucho con él, solo dejaba tocarse el pelo escondiendo su gran disgusto y respondía a cosas importantes. O cuando mamá le obligaba disimuladamente.
   Mamá y Henry se estaban besando, y dándose amor, mientras que él se iba a subir al coche, antes de hacerlo, se dió la vuelta, y con lenguaje de señas me dijo: "Lo siento mucho, no se porque lo hace, pero yo te amo, hermano".
   Tales palabras hicieron que lágrimas brotaran de mis ojos.

________ 8 minutos después

   Mi madre, Mario y Henry ya se habían ido, y yo me encontraba completamente solo en la casa, así que decidí bajar a la cocina.

   Comenzé a fregar; primero los vasos, luego los cubiertos y por último los platos. Mientras que lavaba una cuchilla, preguntas y voces empezaron a brotar.
   < Aquí está mi salvación del dolor > dije para mis adentros, < Ésto me va a ayudar a dejar de ser una mierda.... a dejar de ser un problema, un estorbo >.
   La sujeté en mis manos, subí las escaleras, y me dirigí a mí habitación. Cerré la puerta y me senté frente mi escritorio, tomé un bolígrafo y una hoja.

Lo lamento mucho madre, no quería ser un estorbo ni alguien que te haga mal. Discúlpame por comportarme mal, y sin pensar en ustedes, lo lamento, lamento todo.
Pero quiero que sepan, que los amo, a tí madre, y a Mario, por favor, hazle saber que él es el mejor hermanito del mundo.

Adiós.

   Y sin pensarlo dos veces, atravesé mi yugular. La sangre brotaba sin cesar. Salía disparatada en todas direcciones.
   Hasta que perdí el conocimiento.

_______ 48 horas después

   Había una gran iluminación, todo era borroso. < ¿Estoy en el cielo? ¿En serio me merezco ésto? > Me interrogué.
   De repente, voces se escuchaban, muchachas me hablaban. Lentamente pude tomar conciencia y articular palabras torpemente.

- Sr. Usted se encuentra en el Hospital, pero para su información, éste es un hospital psiquiátrico - respondió a mí duda un joven con una voz escalofriante.
- ¿Qué? - exclamé mientras que de un brinco me levanté.
- Cálmese Sr. Keir, lo ayudaremos a ser feliz, y a cambiar para mejor - comentó con una sonrisa.

   El miedo y espanto de saber que ahora yo habitaba en un lugar así, era horrible... ¿Cómo me miraría ahora la gente? Sería una gran vergüenza, ¿Que me harán aquí dentro? Era otra de las cuestiones, ¿Yo no estoy muerto? ¿Cuánto tiempo ha pasado? ¿Quién me trajo aquí? ¿Quiénes son ellos? ¿Dónde está Mario? Eran preguntas que quería hacer, pero ya no podía ni hablar...
   La joven se despidió y se marchó, junto con ella mi voz se retiró.

   Me senté en aquella cama, y observé cada lado de esa recámara blanca, cuál era muy rara, ya que estaba demasiado iluminada.

< Solo espero que ésto sea un sueño.. yo debería estar muerto... >

El Hospital De Los EnfermosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora