No digas lo que hago

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Por suerte, mis empleados sabían bien la definición de; respeto de privacidad.
Me reincorporé, arreglé mi pinta y le dije que atendiera. Mis piernas temblaban, sentía que me iba a desplomar en el suelo.
Steve entró a la habitación, a la vez que yo fingía revisar unos documentos.

- Piter, tengo un comunicado - hizo una pausa al sentir mi presencia - Señora Directora. ¿Qué tal? - preguntó, a la vez que me saludaba con un suave apretón de manos.
- ¿Hay algo de lo que me tenga que enterar, Steve? - cuestioné seriamente.
- Oh... Claro - asintió. Volvió a su postura segura y continuó hablando - El paciente trasladado ha presentado leves ataques de ira. Fué un poco difícil el tratarle en el camino, pero conseguimos a fuerzas calmarle otra vez - terminó de decir.
- Oh, ya veo. - asintió en entendimiento y volvió a un mueble. Tomó un medicamento y se lo ofreció - Dile a la señorita Charlotte que éste medicamento, digo yo, está hecho únicamente para calmar al señor Smith -.
El guardia en jefe, Steve, asintió seriamente, lo tomó y guardó. Luego, se despidió de nosotros y se marchó a hacer el recado que Piter le había ordenado, aunque lo hizo sutilmente. Cómo debería hacerlo un buen jefe de traslado.

- Yo ya me voy - aclaré. Rompiendo el silencio.
- Bueno ... Nos vemos Señora Directora - despidió.

Sin decirle nada más, me largué de ahí.
No quería volver allí, ¿Y si la próxima vez nos pillaban? No sabría qué hacer; era todo un problemón.
Cuando llegué a mi despacho me dispuse a sentir el tacto húmedo que había en mis bragas, aún estaba excitada por lo sucedido con el joven Piter, pero no volvería a él. No hoy, no ahora.

___________ 17 minutos después.

Estaba totalmente aburrida, no tenía nada por hacer, por ende, luego de transcurrido unos minutos; se me vino la idea de causarme un poco de placer, y de correrme ya que no pude hacerlo sobre Pit como estaba acostumbrada.
Así que sin darle muchas vueltas al tema, travé la puerta y me dirigí al buscador de Google.

« ¿Cómo coño se llamaba ésa página? ¡Carajos! Ahhh, cierto, pornhub, yendo no, llegando»

Ya estando dentro de la página, me otorgué mi propio tiempo de buscar un vídeo que me excitase, claro que no sería como el joven Pit, pero podría ser parecido, ¿No?
Encontré un vídeo bastante llamativo y decidí mirarlo.


DESCRIPCIÓN VISUAL;

« Había una muchacha, rubia, tal y cómo me gustan a mí, era de ojos claros y poseía un gran cuerpo.
Había un muchacho, rubio y de ojos grises, muy atractivo a mi parecer; él era bastante alto comparado con la dama. Les pondré nombres; la chica se llama Claudia y el chico Fred »

Claudia estaba contra la pared, con las piernas envueltas en Fred, ambos se besaban apasionadamente; él empezó a tocar desesperadamente el cuerpo de Clau, ella, por otro lado, solo se revolvía ante él.
Luego de un leve rato, la soltó, haciéndola caer al frío suelo. Y tan rápido cómo la atrapó, así la desvistió, metió una de sus manos dentro de su orificio vaginal mientras que comenzaba a penetrarla salvajemente; ella se retorcía apoyada en su brazo, y gemía liberadamente.

Con su otro brazo, la tomó del cuello y le hizo verle a los ojos. Con agresividad, la arrojó al sofá y la obligó a sentarse de rodillas en éste; Fred la observaba, ella permanecía jadeante, obediente, sumisa, esperando que el placer le recorriera hasta las venas.
Sin embargo, él la miraba con deseo, con un claro brillo en sus ojos mientras que bajaba y subía su mano por la clara enorme erección que tenía. Pasados unos minutos la tomó por el cabello, la cacheteó y le penetró la boca; lo hacía de tal forma que provocaba que las venas del cuello de Claudia se exaltaran y marcaran, a él no le importaba que ella no pudiera respirar.
Sólo le follaba la boca.


Estaba realmente fascinada con éste video; puesto que cuando comenzó yo ya estaba introduciendo mis dedos adentro de mi cuerpo con una velocidad exaltante. Al poco tiempo, comencé a arquearme y fué ahí cuando supe que ya debía retirar mi mano.

- ¡Ahg~! - gemí realmente fuerte. Creo que se pudo escuchar desde China.
Y fué así cómo exploté; todo mi fluido salió disparatado por doquier, ensuciando absolutamente todo lo que estaba cerca mío e incluyendo la pantalla de la computadora.

Luego de haber descansado un poco, llamé a la chica de la limpieza y le ordené que dejara todo como nuevo. Y así lo hizo, mientras que yo me pegaba un buen baño de agua tibia.

« Qué lindo fue eso. » Pensaba y pensaba para mis adentros, ya que de verdad disfruté lo que, con sólo ayuda de mis dedos, causé en mí.
Aunque, por más que pensara en eso, no podía evitar llevarme por el tema de Gregorio, ¿Su familia me había creído? De no ser así, ¿Me denunciarían? Creo que estaría difícil que eso pase, puesto que ésto es casi ilegal, pero no lo sé.

¿Pasaría algo con el proyecto? Realmente deseaba que todo saliera perfecto, esa mierda me estaba haciendo ganar millones, incontables y putos buenos millones.
Pero, ¿Cómo sabría que éstos nuevos especímenes servirían de algo? Estaba en una total duda, me sentía nerviosa, y ansiosa, cómo nunca antes. Podía sentir con exactitud que algo grande se aproximaba.

Decidí que en vez de carcomerme la cabeza me hundiría bajo agua; ahogaría mis problemas un buen rato.

_____________ 20 minutos después

Ya permanecía sentada en mi despacho, controlando las cámaras y viendo el tiempo pasar, hasta que alguien tocó a la puerta.

« ¿Quién mierda es a éstas horas? »


- Adelante - inquirí en voz alta.
- Buenos días, Señora Directora - saludó, tenebrosamente.
- ¿Se puede saber cómo saliste? - estaba atónita.
- ¿Haciendo mamadas? Cualquiera puede, aunque claro, de éso usted sabe muchísimo, ¿Cierto? - sus palabras fueron cómo puñales. ¿Acaso era posible que él pudiera saber algo como eso? ¿Quién le había informado? ¿Nos habría visto? Tendría que matarle... Qué pena, ¿No?
- ¡Mis guardias son de respetar! - exclamé susurrante.

Él se rió, burlón; quería preguntar quién le había otorgado tal permiso, pero su presencia ya no estaba en órbita.

- ¡A mí puto despacho todo guardia del 6B! - grité furiosa por los monitores, y cómo perros ya todos estaban aquí.

« Ahora sí, hijos de la re mil puta. A mí me respetan, y respetan mis reglas.
"Cualquiera que las incumpla será severamente sancionado". »

El Hospital De Los EnfermosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora