VEINTIUNO: Romper el odio... y los secretos y las tragedias

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CAPÍTULO 21
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Sandy

Los secretos son como bolitas de nieve. Guardas uno y sin darte cuenta pasaste al siguiente, al siguiente y al siguiente para tapar al anterior, y cuando quieres revisar ya hay una enorme bola de secretos en tu espalda. Lo peor es cuando son secretos en apariencia inofensivos, pero notas que con el paso del tiempo, pican más, fastidian más en el pecho, como si cada día añadido los volviera más peligrosos.

No pensé que fuera gran cosa evitar que Vicky sacara el tema del beso con Mau que ella vio en el hotel, y ahora siento que le oculto una parte de mi vida por seguir besándolo sin intención de detenerme... o de contarle.

No pensé que fuera gran cosa no contarle a Mau mi secreto porque en realidad no era tan importante contarle a qué me dedico, pero ahora que toda mi familia lo supo y reaccionaron tan mal, siento que es un error garrafal querer empezar algo con él sin tenerlo al corriente de esto. Sin embargo, a la vez me da miedo decirlo y obtener una reacción negativa. Además, perdí la oportunidad en el bar por tener otras... cosas en mente, así que hay que esperar otra.

Y Addie... al pensar que lo mío con Mau quizás no era gran cosa, me fue fácil posponer una y otra vez el preguntarle, así fuera indirectamente, si sentía algo por él... pero ahora que estoy empezando a sentir algo importante por Mau, me atemoriza lo que Addie me pueda decir.

Los secretos empiezan a pesar cuando se alimentan de temores.

En mi lista de prioridades está hablar con Addie y como si el mundo conspirase a mi favor, ella me ha invitado a salir hoy, así que es el momento ideal para preguntarle.

—¿A dónde es que vamos?

Addie simplemente me escribió anoche, casi a la hora de dormir, que quería ir a un lugar nuevo y que si quería ir con ella. No me dio detalles ni yo los pedí, pero acepté de inmediato, no tenía nada qué hacer y en ese momento en mi cama me estaba mortificando el conocimiento de que le estoy ocultando lo de Mau, así que lo tomé como una señal.

—A romper todo —responde. Enarco una ceja y ella ríe. Su brazo va enganchado al mío mientras atravesamos una calle—. ¿Has escuchado de esos lugares donde manejas tu ira rompiendo cosas?

—Lo he visto en series, pero no acá en la ciudad.

—Los padres de una amiga de la universidad abrieron el suyo y ella me invitó. La inauguración oficial es dentro de una semana, así que nosotros vamos hoy en modo beta para probar todo y dar nuestra opinión.

—Que... curioso.

Addie ríe.

—Lo curioso es que los padres de ella son psicólogos y creen que esto es algo así como un desahogo terapéutico para quienes estén hartos de la vida.

—Yo no estoy harta de la vida —respondo, riendo.

—Alexa me contó del mensaje que recibiste —dice. Asiento, incómoda, detesto pensar en ello—, pensé que tal vez venir acá e imaginar que lo que vamos a romper son los huevos del que mandó ese mensaje, sería terapéutico.

Suelto una carcajada.

—Poniéndolo así...

Caminamos otro poco hasta encontrar el lugar. Es una fachada colorida, tan, pero tan colorida, que parece que el decorador no tenía idea de lo que hacía y simplemente empezó a grafitear sin sentido sobre la pared y la ventana.

En medio de la explosión de color, sin embargo, está escrito en letras preciosas «Breake the hate», alrededor hay varias imágenes de martillos, sierras, piedras y otros elementos que implican violencia dentro del contexto.

En el corazón de Sandy •TERMINADA•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora