El golpe final.

686 38 7
                                    

Estaba frente a él, esquivando cada ataque crítico, tratando de regresar todos los ataques posibles, no veía la hora de que por fin terminara con este gran dragón lleno de magia de dolor.

- No vas a derrotarme - gruñó la criatura.

- No estés tan seguro de ello - había estado recabando todos los rastros de energía hasta poder llegar a mi límite, pero había algo más, desde que el gran dragón se estaba debilitando, sentía un gran ardor en mi espalda, iba desde mi espalda allta hasta mi espalda baja, con cada nuevo ataque al dragón ese ardor crecía cada vez más, trate de ignorarlo, pero cuando lance el ataque crítico, ese ardor se volvió insoportable, el dragón explotó, se veía como toda la magia contenida en él, salía y se dispersaba de nuevo en todo el depósito. En su lugar, solamente quedo el cuerpo inerte de Ranrok, mi respiración era muy pesada, en cualquier momento podría caer desmayada, pero, había algo que me decía que no me rindiera aún.

Comencé a caminar al cuerpo de Ranrok, a su lado, estaba la varita de Miriam, la esposa muerta del profesor Figg, la tome, la observe por unos pocos segundos, antes de regresar mi atención al depósito que se estaba cayendo a pedazos por toda la magia que estaba suelta, habían columnas de piedra que colapsaban, trate de detener una, pero no tenía la fuerza suficiente, hasta que otra fuerza intervino para ayudarme.

- ¡Profesor! - grite al momento en el que lo vi.

- ¡Tiene que contenerlo! - el profesor Figg estaba deteniendo varias columnas de piedra a la vez.

No sabía como hacerlo, nunca había hecho algo así, no sabía si podía lograrlo, mi cuerpo estaba a nada de colapsar, pero tenía que intentarlo y tratar de no fallar, de eso dependía que saliéramos con vida de ese depósito que se había convertido en una trampa mortal. Me concentré lo más que pude, pensé en atraer toda la magia en un punto definido, estaba funcionando, pero mi cuerpo estaba ardiendo, podía sentir como mi vestimenta se pegaba a mi espalda.

- ¡Es más fuerte de lo que cree! - grito el profesor Figg - ¡Es la mejor alumna que he conocido!

Si bien las palabras del profesor fueron pocas, me sirvieron como combustible para poder seguir, solté el grito más desgarrador de toda mi vida, después de que un brillo cegador llenara por un momento el depósito, pude volver a abrir los ojos y vi de nuevo esa esfera flotante, llena de magia, pero entonces, escuche unos jadeos de dolor.

- ¡Profesor! - me hinque a su lado, mis piernas ya no podían con mi peso.

- Miriam... - dijo apenas en un susurro, el profesor estaba sufriendo, se veía el dolor reflejado en su rostro, saque la varita de Miriam y se la puse en sus manos, no tenía la suficiente fuerza para sostenerla él mismo. - Miriam... le habría adorado, mi joven camarada, el mundo mágico no podría estar en mejores manos.

Esas fueron sus últimas palabras, antes de cerrar los ojos para siempre, no podía creerlo, mi mentor, la persona que me había introducido al mundo mágico, había muerto delante de mis propios ojos. Como pude me levante, pero poco después me caí de frente, mi cuerpo ya no podía más, solo sé que en algún momento, deje de tener conciencia sobre lo que estaba pasando a mi alrededor.

DOS DÍAS DESPUÉS

Estaba despertando, a penas teniendo conciencia sobre mi cuerpo, no sabía en dónde estaba, escuchaba las voces a mi alrededor como si estuvieran a kilómetros de distancia, hasta que una llamo más mi atención.

- ¡Ha despertado! - la voz parecía familiar, pero no sabía de dónde.

- ¿Despertó? - alguien habló, podía sentir que estaba a mi lado, expectante, como si quisiera saber si era realidad o una simple suposición.

¿Qué hay de nosotros? Sebastian x Ominis x MCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora