Capitulo 4

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Al día siguiente no vi ni a Ominis, ni a Sebastian en el desayuno, tuve que sentarme con Imelda, no tenía ánimos de ir a socializar con los compañeros de otras casas.

– Te ves agotada – Imelda se sentó frente a mi – en la noche te escuche gritar mientras dormías...

Esa noche había tenido pesadillas por segunda vez en la semana, estaban empeorando. Comenzaron días después de derrotar a Ranrok, al inicio eran cosas pequeñas, solamente me despertaba muy nerviosa, pero no era la gran cosa. En los últimos días eran peores, soñaba que perdía a las personas que más amaba, que eran torturados, que los asesinaban de miles maneras posibles.

– Si, tuve un mal sueño, solo es eso – me sentía agotada.

– Si tu lo dices... oye te quería preguntar algo.

– Dime.

– Si el próximo año, el director Black permitiera de nuevo el Quidditch, ¿aceptarías entrar al equipo como buscadora?

– ¿No tienen titular?

– No, bueno sí, pero es de último año, así que el próximo año no vamos a tener titular y creo que serías la persona ideal para hacerlo.

– No lo sé Imelda, nunca antes he jugado, no creo ser lo suficientemente buena – no estaba segura.

– Mira, aunque me cueste admitirlo, eres la única en Hogwarts que ha podido volar un poco más rápido que yo, serías genial como buscadora – insistió Imelda – no tendrías que lidiar con los golpeadores, si eso es lo que te inquieta.

– No, no es eso, déjame pensarlo.

– Puedes aprovechar el verano para practicar, claro, cuando puedas.

– No suena mal, pero déjame pensarlo, de verdad.

– Está bien.

El resto del desayuno nos la pasamos platicando sobre las tareas, cuando vi que a lo lejos entraban las lechuzas con mensajes, junto a ellas distinguí a Akira, la lechuza de Sebastian, se acercaba a mí, dejó una carta en frente de mí, Sebastian quería que nos encontráramos en la Bóveda de nuevo. Terminé lo más rápido que pude mi desayuno, me despedí de Imelda y fui casi corriendo a la Bóveda, tenía miedo de lo que llegara a pasar, no solamente Anne perdería a su hermano gemelo, tal vez era egoísta pensar en esto, pero yo perdería a mi primer amigo que había hecho en Hogwarts, además que tenía sentimientos por él, tal vez eso era algo que me cegaba.

– Sebastian, recibí tu lechuza, ¿qué pasó? – entré casi corriendo a la Bóveda.

– Ominis habló con Anne sobre lo que pasó con mi tío Solomon, ella cree que yo debería pagar por lo que hice – suspiró – pero ella no me entregará, dice que la culpa con la que tendré que vivir es suficiente castigo – Sebastian estaba triste, había algo más.

– Lo siento mucho, pero me alegra que podrás seguir adelante – estaba tranquila al saber que Sebastian no iría a Azkaban.

– La cosa es que... creo que he perdido a mi hermana gemela para siempre, se niega a verme – tenía los ojos llorosos, pero ninguna lágrima caía de sus ojos – no la culpo, no podría culpar a ninguno de ustedes si perdieron toda su fe en mí, ustedes creyeron en mí y yo los defraudé – bajó su mirada, no quería verme a los ojos.

– Puede que solo necesite algo de tiempo, seguro que algún día será capaz de perdonarte, no te angusties.

– Estoy consciente de que lo hecho, hecho está, pero puedo intentar compensarlo, les debo a Ominis y a ti todo por haberse quedado a mi lado.

– Bueno, no fue fácil, pero creo en ti Sebastian, tuve una buena impresión de ti desde aquel primer día en Defensa contra las Artes Oscuras – recuerdo cómo fue ese primer duelo, tomó totalmente desprevenido a Sebastian.

¿Qué hay de nosotros? Sebastian x Ominis x MCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora