Paradise

593 38 5
                                    

Miré a ambos lados del camino, nadie me seguía, eso pensé, así que decidí tomar un respiro y meditar en lo que haría después. Naoya... oh Naoya, todo se ha complicado tanto. Mis ojos se cristalizaban a medida que pensaba en nosotros y en todo lo que había acontecido en los últimos meses. Mi corazón dolía y mi estómago se sentía como si este hubiese sido golpeado miles de veces por un boxeador. Trataba de tranquilizarme pero mis esfuerzos eran en vano, comencé a escuchar a lo lejos mi nombre en gritos desesperados por Naoya. Ya no quedaban fuerzas en mis piernas para seguir corriendo, lo intentaba pero volvía a caer al suelo una y otra vez.

-¡Maldición!- dije entre sollozos.

-¡HATSUMI!- su voz se escuchaba cada vez más cerca.-¡HATSUMI MI AMOR! ¡¿DÓNDE ESTÁS?!- alcé mi mirada y éste se encontraba a unos cuántos metros de distancia. Al verme corrió hacia mí y me envolvió en sus cálidos brazos.

-Amor.- dijo en un tono aliviado mientras besaba mi cabeza sin control.-¡Mujer, por favor, no vuelvas a hacer esto!- su voz poco a poco comenzaba a quebrarse.

Había tratado de quitarme la vida, pero no pude hacerlo, estaba ahogada en tantos problemas que no sabía cómo tenía que enfrentarlos, fui una cobarde en buscar el camino fácil para librarme de ellos y fui una egoísta en pensar abandonar de esa trágica forma a los que me aman... en especial a Naoya. Lo abracé con todas mis fuerzas mientras aún permanecíamos en el suelo.

-¡Perdóname Naoya, perdón por favor, por favor, por favor, lo siento!- rogué desesperadamente entre lágrimas, éste me consolaba besando mi cabeza y agarrándome en sus fuertes brazos.-¡No sé cómo enfrentar esto!- lo miré aún llorando.-¡Tengo mucho miedo!- Naoya sostuvo mi rostro con ambas manos y me regaló una pequeña sonrisa.

-Yo siempre estaré para ti y te ayudaré a enfrentarlo, yo no te abandonaré nunca Hatsumi, escuchalo bien, nunca.- besó mi frente con ternura.

Al escucharlo, pude sentir una especie de liberación en mi corazón, fue algo casi mágico por así decirlo. Cuando conocí a Naoya lo odié, para mí era otro maldito machista, otro tirano, pero resultó ser alguien que no era comprendido, que necesitaba amor y al lanzarme a amarlo pude dejar salir un Naoya tierno, dulce y atento, era otra persona. Y luego de lo que me sucedio hace unos meses, me estaba dando un lugar de descanso en él para enfrentar mis problemas que no podía manejar por mi cuenta pero yo no sabía como hacerlo.

-Te amo Naoya.- dije abrazándolo con fuerza mientras aún lloraba.

-Y yo más a ti querida.- dijo separándome un poco de él para darme un suave y cálido beso en los labios.-Vamos a casa.- dijo y nos levantamos.

Solo quiero que todo mejore, deseo irme a casa... estar siempre contigo Naoya. Haré lo que sea necesario para cumplirlo, no me importa ahora si tengo que recurrir a medidas extremas para hacer pagar a los que nos han hecho tanto daño.

Paradise (Naoya Zen'in)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora