08. Bonds of love

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"Sí, cada vez que nos damos cuenta es una locura y tu me salvas, estábamos demasiado cerca de las estrellas"

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"Sí, cada vez que nos damos cuenta es una locura y tu me salvas, estábamos demasiado cerca de las estrellas"

3 de marzo del 2023.
Circuito Internacional de Baréin.

Juliette's pov.

Termino de cerrar la última caja con muffins de distintos sabores, los que vendrían a ser de chocolates, fresas, bananas y oreos. El de fresa era el favorito de Amelie, por lo que aparte tres especialmente para ella. Aunque aún dormía profundamente en la cama.

Podía escuchar las vocecitas de Arthur y Victoria detrás mío mientras buscaban algo en el refrigerador. Eran recién las seis y media de la mañana, pero habían llegado temprano para ayudarme a cocinar, sin embargo, preferí mantenerlos entretenidos desayunando mientras yo cocinaba.

En síntesis, no querías que quemaran la cocina.

Había hecho exactamente seis cajas con sus respectivas cantidades, me asegure de que ninguno de los pilotos fuera alérgico a algún ingrediente, no quería matar a nadie.

—¿Encontraron la lapicera?—Pregunte divertida, sabiendo que en el refrigerador no habría uno.

—Nop, pero si las fresas que sobraron.—Mi amiga murmuro acercándose hasta mi.

—Yo si lo encontré, de hecho, estaba sobre el refrigerador, toma.—Arthur me lo extendió y sonreí.

—No se como hiciste para cocinar desde temprano sin quejarte ni un momento.

—Me gusta cocinar, por lo tanto no tengo nada de que quejarme, Vic.

Respondí feliz y ella asintió, comprendiendo mi punto.

—¿Le contaste lo de Pierre, Vic?—Arthur pregunto junto a nosotras.

—¿Pierre qué?—Los mire inquisitiva.

Mi amiga le dedico una mirada fugaz,  que, probablemente, era de reproche por hablar.

—Justo hoy te diría...

Me sonrió como un angelito y yo suspire sabiendo que habían hecho algo. No conocía lo que era el descanso. Después de que la mirara preocupada por unos segundos, ambos me contaron algo que definitivamente no debió haber ocurrido.

—¿Ustedes hablaron con Pierre sin consultarme?

—Tranquila, nos aseguramos de que no fuera a decir nada.

—Victoria, no. Les había pedido por favor que no le dijeran a nadie, si me hubieran avisado lo hablaría personalmente.—Estresada pase una mano por mi cabello.

Ambos no sabían que responderme, creo que los hice sentir mal.

Ay.

—Esta bien, confiare en que lo supieron resolver.—Los observe poco segura—No se puede redimir el pasado, pero la próxima vez avísenme de inmediato, no lo duden.

DAYLIGHT | CHARLES LECLERCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora