Capítulo 20: Curita al corazón

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Klaus y Nikolay seguían discutiendo, la pelea ya había llegado a los golpes siendo el soviético el dominante en la misma puesto que el germánico estaba todavía muy mal herido. Por su parte Klaus estaba frustrado, enojado y dolido, muy dolido, se sentía usado y traicionado, no entendía qué había hecho mal con Nikolay para que le pagará de esta forma, quería que se fuera esa horrible sensación amarga, quería que todo terminara.
No sabía en qué momento el alemán empezó a sollozar, eso sacudió el interior del ruso quién se sintió la peor persona del mundo y a la vez le generaba una satisfacción verlo así, estaba lastimando a la persona que más quería y encima la estaba haciendo llorar, esa imágen de Klaus bajo sus puños, lastimado y llorando cuál niño pequeño se sintió como si le arrancarán su corazón y lo pisotearan con fuerza para después escupirlo y prenderlo fuego. Pero no obstante también sentía alivio al transmitir ese enojo y dolor que el germano provocó en su vida.
No, ese no era él, jamás pensaría de esa forma. Nikolay tembló, su garganta se hizo un nudo y la culpa lo invadió otra vez, dudó de abrazar al germano pero verlo ahí tan lastimado y dolido lo obligó a hacerlo; fue un abrazo fuerte lleno de sentimientos que trataban de proteger al alemán que se sentía muy indefenso ante todo. Las lágrimas mezcladas con sangre quedaban atrapadas entre la ropa del soviético, Klaus solo lloraba diciendo incoherencias y quejas producidas por el dolor, Nikolay lo mimaba tratando de tranquilizarlo.

- Shh... Déjalo salir, todo va a estar bien, yo estoy acá, voy a protegerte... Ya no voy a lastimarte pero por favor, deja de llorar... No quiero verte llorar Klaus... -dijo en un vago intento de cesar el llanto del germánico-

- E-entonces andate... Déjame solo, deja de lastimarme con palabras hirientes y acciones violentas... -respondió este entre lágrimas-

- No, no, no, no, Klaus por favor deja de llorar, prometo que ya no voy a golpearte nunca más te que voy a protegerte de todos aquellos que quieran dañarte... -

- ¿Vas a protegerme de vos entonces? -

Esa pregunta dejó atónito al soviético, ¿realmente logró que el alemán le tema? Parecía que sí, y eso le estaba generando un sentimiento amargo, Klaus tenía razón, él decía que iba a protegerlo y sin embargo lo estaba lastimando con descaro. Nikolay sostuvo una vez más los cachetes de su pequeño alemán y limpió las lágrimas que brotaban de esos hermosos ojos azul eléctrico, no dijo nada, las palabras ya no eran necesarias además que temia al decir otra cosa que sea más hiriente para al ahora sensible nazi; mimo sus desordenados cabellos y empezó a peinar estos mientras tarareaba una dulce melodía que aprendió de su madre.
Un ambiente agradable por parte del eslavo mas el germánico no se sentía del todo conforme con esas actitudes del contrario... Hace un segundo le desfiguró la cara y ahora simplemente lo abrazaba, lo peinaba, secaba sus lágrimas y encima le tarareaba una canción que parecía infantil. Eso lo confundía demasiado, incluso llegó a pensar que el tanquista había sucumbido en la locura...pero esto era una guerra, cualquiera puede caer en la locura después de un tiempo, ¿no es así?

Klaus simplemente suspiró con pesadez, realmente no le creía a las palabras de Nikolay por más honestas que fueran, él con gusto lo echaría del cuartito ese dónde estaban encerrados, incluso intentaría escapar mas en estos momentos se sentía débil y demasiado frágil, tal vez fue por la pelea o por la horrible cachetada que le dió la realidad, no estaba seguro de ello, lo único que sabía era que quería quedarse ahí dónde de manera inconsciente se sentía seguro, protegido...querido...y sobre todo, engañado...

- ¿Ya estás mejor, corazón? -preguntó el soviético-

- Nikolay... Solo cállate, ¿querés? -

⫷Entre La Guerra Y Mi Enemigo⫸ (T-34)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora