⫷Entre La Guerra Y Mi Enemigo⫸ (T-34)

Capitulo 2: Pedida de explicacione

Narrador omnisciente:

- K-klaus?!... (Cálmate Nikolay, es una ilusión, nada de esto es real solo te estás volviendo loco por la falta de sueño y él estrés de la guerra, él está muerto, murió ahogado y aplastado por un tanque de al menos 44 toneladas, nadie sobrevive a eso... ¿¡Verdad!?) -

Aquel hombre no podía creer lo que sus orbes celeste veían, seguro su cerebro le estaba jugando una jodida broma, si eso era una muy mala broma de su cerebro; algo así era completamente imposible... mientras se debatia mentalmente si en una caída como esa se podría salir vivo, aqule alemán interrumpió sus en el.

- Nngh...Y yo que pensaba que te im...importaba... -dijo con voz adolorida en lo que trataba de frenar el sangrado-

- ¿Có...cómo? -preguntó Ivushkin con la mirada pérdida en el alemán frente a él-

- ¿Cómo qué? -le devolvió la pregunta puesto que no entendía a qué se refería-

-¿Cómo seguís vivo?-

  El soviético exclamó en forma de interrogante acompañada con una mirada directa a los ojos cafés de aquel germánico, hacía lo posible para parecer firme, sin embargo, finas lágrimas traicioneras salían de sus orbes celestes para recorrer sus mejillas hasta perderse en su mentón.
Este estado no paso desapercibido por el alemán, al contrario, por alguna extraña razón le dolió ver al joven tanquista roto por dentro y de alguna manera vulnerable, tratando de ocultar el dolor que cargaba en su corazón. Lo único que el nazi pudo hacer fue levantarse con mucho trabajo, acercarse y abrazar con fuerzas al ruso, cosa que sorprendió a su contrario, el cual quería escapar pero su cuerpo no le respondía.

- No sé como sobreviví, pero de algo estoy seguro y eso es que me alegra mucho verte de nuevo, Nikolay -dijo en un tono que expresaba confianza y tranquilidad-

Ivushkin quedó petrificado, pero poco a poco se aferró en ese abrazo y rompió en llanto balbuceando incoherencias sobre el hombro del alemán, nunca creyó volver a verlo pero ahí estaba abrazándolo.

- ¡Lo lamento tanto, por miedo a que me tirases contigo no pude ayudarte! -le decía entre llantos-

-Shh... Calma, no es tu culpa, yo quería que cayeras conmigo, no es tu culpa... -dijo el alemán mientras le hacía caricias en la espalda en busca de calmarlo-

Y así se mantuvo por unos largos minutos que se convirtieron en horas y con ellas, se convirtieron en la noche.

«Devuelta con el escuadrón»

- ¿Alguien vió al comandante? - preguntó Stepan quién miraba por el capitán-

- Yo no lo he visto, pero lleva ya un rato sin aparecer -dijo Volchok algo de preocupación-

- Anya, ¿tú no fuiste la última qué lo vió? -dijo Ionov mirando a la mujer-

- Si, se fue más adentro del bosque para explorar el terreno y despejarse la mente. ¿Y si le pasó algo?- dijo la fémina con una notable preocupación-

- Lo dudo, Nicolay es un hombre muy fuerte y astuto como para que le haya pasado algo malo -dijo Stepan buscando tranquilizar a la mujer-

- Si mañana no vuelve, lo vamos a buscar -dijo Ionov sumándose a la calma de su compañera-

- Cuando es de noche no es buena  idea merodear en soledad por el bosque -con desinterés exclamó Volchok-