Capítulo 22: Vamos a escapar lejos

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Largas y tortuosas horas pasaron desde que el alemán dejó el cuartillo, horas en las que Nikolay no pegó el ojo en ningún momento mientras estaba a la espera del germano quién seguía sin aparecer. El sol empezó su trayectoria ascendente e iluminaba la blanca nieve que poco a poco se convertía en un frondoso barro. Ya para las seis de la mañana, Nikolay dejó al infante a cargo de su tripulación y se dignó a seguir esperando el regreso del alemán.

Al rededor de lo que serían ya las 8 de la mañana, Klaus fue escoltado por unos guardias quienes lo dejaron en la puerta del cuartillo esperando a que entrase. El alemán abrió la puerta con cansancio puesto que no había dormido en toda la noche después de haber explicado todo lo que sabía sobre los planes del Führer, sin embargo se encontró con la mirada fría y molesta de Nikolay quién tenía los ojos resecos por tampoco haber pegado el ojo en ningún momento, tragó en seco y entró al interior de ese lugar despidiéndose amablemente de los soldados.

- ¿Entonces te fuiste a hablar? -

- Claro que sí, aceptaron dejar que hable sin necesidad de golpearme, tú y tu estúpida tripulación están libres de la condena, ya no van a matarlos ni mantenerlos cautivos -

- Klaus, ¿eres estúpido o qué? ¿Eres consciente de que te matarán de todas maneras pese a que hayas negociado tu libertad? -

- Nikolay Ivushkin, cierra la maldita boca, no tienes la más puta idea del tipo de trato que hice para asegurar que mi vida y la de Ludwing no estén en peligro, está noche me iré para siempre y jamás podrás encontrarme no importa cuánto me busques. Ya no quiero verte ni a ti ni a tus amigos y no me importa si Ludwing se pone triste por ya no verte, cuando él sepa que eres un puto psicópata obsesivo entenderá qué no había opción de estar contigo -

- ¿¡Psicópata obsesivo!? ¡Yo no soy ningún psicópata obsesivo! ¡Dices eso para sentirte superior y denigrarme constantemente! -

- ¡Claro que lo eres! ¡Y por esas mismas razones me largo de esta posilga! -gritó posteriormente soltando un jadeo indignado- ¿¡Denigrarte!? ¡Yo no necesito denigrar a basuras comunistas cómo tú, Nikolay! -

- Vuelve a decirme basura Klaus y juro que te mato -musitó con el entrecejo fruncido-

- Ba-su-ra -escupió con molestia y hartazgo-

Tras decir eso, Nikolay se abalanzó sobre el germano importandole poco y nada que se lastimase al caer contra el suelo. Klaus gruñó adolorido, no hay que olvidar que pese a ya no sangrar él seguía muy mal herido y los pocos golpes que recibía le dolía demasiado; el gruñido no pasó desapercibido por el ruso quién sonrió ladino llevando sus manos sobre el cuello del alemán quien lo miraba atónito, esta vez pudo ver en aquellos orbes azules la mirada de un asesino, ya no tenía escapatoria y lo sabía, mas lo que le aterraba no era morir ahí mismo de una forma indigna como un prisionero, su mayor pavor era dejar solo al joven infante bajo el ala protectora que Nikolay Ivushkin podría ofrecer.

Sin saber de dónde, Klaus saco las fuerzas necesarias para contraatacar, pese a no ser tan fuerte logró golpear la nariz del siberiano haciendo que este perdiera un poco el equilibrio, aprovechando esto Klaus lo derribó con facilidad y sacó de encima suyo respirando algo agitado y adolorido. De un brinco se puso de pie, corrió hasta la puerta e intentó abrirla, lástima que era muy pesada para su débil cuerpo.
Nikolay por otro lado, al ser golpeado quedó algo desorientado y con ira efervescente, ¿Quién se creía ese alemán para pegarle de tal manera?

⫷Entre La Guerra Y Mi Enemigo⫸ (T-34)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora