30 days to fall in love (DekuBaku) [Omegaverse]

『Día 19 Recuperar el día 18』- Parte I

Había llegado de su misión ese día en la madrugada, pero ¿eso que importaba? ¡Él, muy idiota no dejó preparado otro ramo para su Omega!

Preparará algo especial para él ¿Le dejaran usar la cocina del refugio?... Mh ¿lo puede llevar a pasear junto a los Cachorros?

Al llegar con el ramo al lugar un silencio sepulcral lo recibió, había miradas de molestia y reproche, otras de Picardía.

¿Qué ha pasado? ¿Fue por qué ayer no llevo rosas o-?

—¿La buscas a ella? — se acercó una Omega.

¿Ella? ¿De qué Diablos habla?

Un Beta, quien le ayudó con su sorpresa de San Valentín se acercó, molesto. ¡Necesita una maldita explicación ahora! ¿¡Quién diablos se creía de jugar con los sentimientos de un Omega de esa manera!?

—Katsuki— llamó detrás de la puerta de su habitación, había corrido hasta el lugar en cuanto le explicaron lo que había pasado. Estaba molesto, muy molesto. Pero ahora sólo le importaba el Omega, le habían dicho que no ha salido de su habitación más que llevar a los Cachorros a comer o jugar. —Katsuki... Bonito... Abre por favor.

Escuchar sus apodos cariñosos solo empeoraba las cosas.

Katsuki no dejaba de abrazar a Yoshio, reteniéndolo a su lado porque no quería que saliera a recibir a Deku. Estaba llorando, aunque se había esforzado muchísimo en no lucir demasiado afectado frente a los cachorros.

Había sido un iluso. Un completo ingenuo. ¿Realmente pensó que Deku querría estar con él? Era una vergüenza. Un omega soltero, con hijos de un alfa que se había dado cuenta a tiempo de que no servía como un digno omega.

No respondió, solo sollozaba. Yoshio también lloraba y no estaba seguro de por qué. En cambio Kaori miraba a mamá confundida, sin saber por qué su aroma de pronto era tan pesado y... triste...

Le daban ganas de llorar también...

—Katsuki.... Por favor, debemos hablar... —rogaba, con la frente pegada en la puerta —Bonito, abre la puerta.

Podía sentir el aroma, pesado y agrio... Triste... Un peso le oprimía el pecho...

Gruño dando un fuerte golpe a la pared a un lado de la puerta. Todo por esa maldita...

—Katsuki, Escúchame por favor, lo que te dijeron no fue real. Por Dios yo te amo, no me interesa nadie más, no me interesa esa Omega ni ningún otro. Quiero verte... Por favor, déjame entrar...

—Está bien, no expliques nada —exclamó, con la voz mucho más desgarrada de lo que había anticipado—. No tienes que explicarlo, ¡lo entiendo!, ¡¿está bien?!... No tienes ni siquiera que intentar darme razones, ya sé cuáles son.

Su labio le temblaba. Su omega interior estaba tan triste, asustado y humillado que ni siquiera tenía fuerzas para algo más que no fuese removerse de la tristeza. Necesitaba a su alfa, pero su alfa ya no quería tener que ver con él.