«Es bien sabido que el héroe No. 1 esta ¡enamorado! Hace días se le ha visto llevar Ramos de Rosas, a veces chocolates por la calle.»
«Cierto, no da aclaraciones, pero conociendo el color de flores y los días que se le ha visto un Omega se ha ganado su corazón»
«Que lindo~ lo que quiere decir que lo está cortejando. Me pregunto quien será.»
«Tenemos buenas noticias, la exclusiva del NOMBRE de aquel Omega quien conquisto a nuestro héroe.»
«¡Katsuki Bakugō.! Un Omega quien se resguarda en el refugio para Omegas.»
«Esta exclusiva fue gracias a una usuaria de dicho refugio y lo comentó de manera a-no-ni-ma.»
«¿Quien es él? ¿Qué hace en ese refugio? No tenemos mucha información. No se preocupen fanáticos de nuestra audiencia, seguimos investigando.»
Se apagón el televisor repentinamente. Un fuerte gruñido se escuchó por el lugar. Tenía cuentas pendientes así que salió.
Izuku no estaba enterado de las noticias. Realmente de nada a su alrededor más que su Omega y cachorros. Aunque ese sentimiento de intranquilidad no lo dejaba. ¿Será por el último robo que atendió? Quizá, no sabía... Sentía que haber demorado tanto para llegar con él fue lo peor que estaba haciendo.
Todo está bien, todo estará bien.
Pago su ramillete y fue directo al refugio, donde Katsuki lo esperaba. Estar con él y ver que estaba bien junto a los cachorros le traería tranquilidad nuevamente.
El día había empezado muy bien.
Demasiado bien.
Kaori despertó de buen ánimo, y Yoshio le ayudó a acomodar toda la habitación sin rechistar. El refugio había ofrecido panqueques como desayuno y los tres habían disfrutado de una buena compañía de parte algunos Omegas del refugio.
Katsuki pensaba en Izuku, tratando de adivinar qué tipo de ramo traería esta vez..., cómo vendría..., qué podrían hacer hoy... Y la satisfacción de tenerlo presente en su mente era tanta, que no se percató cuando un aroma mortalmente familiar alcanzó su nariz.
Al darse cuenta, Katsuki sintió un ataque de pánico apoderándose de sus nervios. Miró la nada, y los latidos de su corazón empezaron a golpetear con muchísima fuerza. Estaba de espaldas a la entrada del refugio, y se había paralizado por completo al reconocer por el olfato... a él.
N-No. No tenía por qué tener miedo. Tenía que controlar su aroma, bajar la cabeza, y fingir que no existía. Seguramente él estaba pasando de largo por la calle. No había manera alguna que él se hubiese dado de su ubicación.
Habían cambiado de ciudad, había cambiado de código telefónico, había ocultado todos sus datos personales de todos los demás omegas y betas (excepto los de administración) del refugio. No existía ni una razón para que él... supiera.
¿Izuku?... ¿Sería algún conocido de Izuku?
Katsuki empezó a hiperventilar a medida que el aroma se fue haciendo más y más fuerte. No podía quedarse ahí. Tenía que proteger a Kaori y a Yoshio.
Tomó a la niña y corrió a su habitación, encerrándola ahí dentro junto a Yoshio. Él se quedó custodiando la puerta, mientras olfateaba el aire para intentar predecir la distancia de su anterior alfa.
Katsuki sudaba frío con cada paso que nada.
Y casi se le sale el alma del cuerpo cuando, finalmente, sus ojos hicieron contacto visual con los de Jin.
Oh mierda. Él estaba muy enojado.
—¡MAMÁ!
—¡SUÉLTALO! ¡ES MI HIJO, DÉJALO!
—¡YA CÁLLATE, KATSUKI! —Una sonora bofetada le volteó la cara al omega que no dejaba de forcejear para tomar a su bebé. — ¡AGRADECE QUE YA NO ME IMPORTA LA BASTARDA QUE PARISTE! ¡¿O quieres que rompa su cabecita delante de ti, huh?! ¿ESO QUIERES?
—¡YA ES SUFICIENTE! —Gruñó Katsuki, tirado a los pies de su puerta, aferrándose a Yoshio a pesar de los tirones de Jin. — ¡ES MI HIJO! ¡SON MIS HIJOS! ¡LÁRGATE DE AQUÍ, ERES UN MALDITO ENFERMO! ¡TENDRÁS QUE MATARME ANTES DE QUE PERMITA ESA MIERDA!
—¡Maldición! —Jin pateó fuertemente el costado de Katsuki, sacándole el aire, el vómito, todo de una sola arcada. Pero no soltó a Yoshio, que se aferraba a su mamá, aterrado de su propio padre.
—¡Mamá! —Sollozó al verlo vomitar.
—Yoshio, nos iremos de aquí. —Jin gruñó. — Esa perra piensa que puede salirse con la suya dos veces. No sucederá. Tu madre es un puta caliente. No le importas. Apenas tenga otro alfa, tendrá otro hijo y se olvidará por completo de ti, te matarán, porque solo para esa mierda sirve. Para follar. Es un adicto al semen.
—¡No le hables así a mi hijo! —Gruñó fieramente Katsuki, jadeando, con un hilo de sangre bajando por su nariz.
—Vine por las buenas, Katsuki —murmuró Jin, mirándolo desde arriba—. Pero me hiciste llegar a esto... De un empujón, tiró tanto a su hijo como a Katsuki a un lado.
Tanto el omega como el cachorro chillaron cuando el alfa pateó la puerta, rompiendo tanto la madera como la cerradura. Kaori no dejaba de llorar. Jin iba tras ella.
Pero Katsuki, tomando fuerza de donde no la tenía, volvió a levantarse para retenerlo y no permitirle entrada. No. No iba a ver morir a su hija, aunque tuviera que morir para evitarlo.
Todos a su alrededor observaban sin intervenir. La ley alfa era clara en sus cláusulas... Jin, lamentablemente, tenía todo el derecho de llevar a cabo las atrocidades que decía.
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30 days to fall in love (DekuBaku) [Omegaverse]
Fanfiction"Treinta días. Tenían treinta días para que Deku continuara llevándole rosas, demostrando así su real interés, y Katsuki tendría treinta días para pensar si aceptar las rosas blancas al final o no." ✧༺♥༻✧ •DekuBaku. •Omegaverse. •Capitulos largos...