Ha sido inesperado, después de tanto tiempo.
Tantas veces he imaginado este momento. Sin embargo, ni mis sueños más locos se parecían a esto que ven mis ojos.
Parpadeo varias veces, trato de limpiarme alguna lagaña, mientras mi cabeza termina de asimilar que esta es mi nueva realidad. Por fin, he salido del libro. ¿Ha sido porque la ancianita de la otra vez me creyó lo que le dije? ¿O fue pura coincidencia? ¿Solo tenía que dar las predicciones hasta llegar a la última carta? ¿Tan obvio tenía que ser esto?
Siento que, desde alguna parte, los entes del Círculo con Rayas de los Magos de la Nueva Era pueden estar observándome. Planificando cuál será la próxima forma de arruinar mi descanso. Creo que, desde ahora, voy a buscarme una forma honesta de ganarme la vida. Me perderé de vista, entre la masa de gente común que va y viene por este lugar cada mañana, antes que a los magos se les ocurra una nueva broma pesada. Algo así como, por ejemplo, hacerme leer cada uno de los arcanos menores, las runas o esas moneditas del I Ching. O algo mucho peor, podrían hacer que me pierda en cálculos matemáticos con esa cosa llamada numerología. Me voy a ir ahora nomás, silbando bajito.
Hasta siempre, y no se olviden de tener mucho cuidado con las cosas en las que creen.
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El Tarot de Madame Ceyene
ParanormalHe aquí, damas, caballeros, terrícolas, extraterrestres y entes no identificados con ninguna dimensión de la existencia: la adivina con menos fortuna de este mundo y el otro. Me presento. Diré que mi nombre es Madame Ceyene, porque no es conveniente...