Un día, quiso salir de viaje. Se despertó con una revelación, de esas que sacuden y lo vuelven a uno liviano, livianito. Bajó a la cocina, sin cambiarse el pijama, y sacó un poco de pan. Cargó el termo con agua caliente, alzó el mate y la yerba, tomó un par de calzoncillos y camisetas y metió todo en la mochila.
Así, se fue sin saludar ni cerrar la puerta que daba a la calle. El perro del vecino lo siguió, a puro ladrido, hasta la esquina. El animal parecía desesperado por recordarle algo. Él iba emocionado, todavía un poco dormido. El sol se había escondido detrás de un manto claro de algodón y el viento fresco del otoño se hacía sentir.
El perro empezó a saltar, tratando de colgarse de su pierna. Él lo ignoró. No iba a detenerse. Si lo hacía, tendría que ponerse a pensar en lo que estaba haciendo y no había nada más que reflexionar. La vida era acción, movimiento. Por una vez que se animaba a vivir, lo mejor era no darle tiempo a la duda.
Entonces, su pie derecho se dio con la nada, arrastrando con la inercia al izquierdo y con él a su trasero al vacío. La caída sorprendió al joven y no pudo ni gritar.
El precipicio no era tan alto, pero él no paraba de rodar entre las piedras. La arena se le metió en los ojos y el pelo. El barro lo recibió al final del surco, excavado poco tiempo antes en esa parte de la cuadra por la que él nunca doblaba.
Los ladridos del perro, que se había quedado arriba porque no era tonto, se mezclaron con los ruidos de las corridas de los obreros. Sus cabezas asomaron, preocupadas. Las preguntas y los insultos por el descuido se mezclaron con nuevos ladridos, probablemente con el sentido de «te lo advertí».
Él se quedó un rato ahí, molesto, mientras empezaban a bajar para ayudarlo.
Todos los días abrían alguna zanja nueva en esa ciudad. Ya no se podía ni deambular con la cabeza en otra parte por el barrio de uno.
♦ Este es el Arcano sin número, porque El Loco es así. Algunos lo ponen como un rebelde, yo lo pienso más como un romántico que sueña con un orden relativo de las cosas.
Si lo encuentra en su tirada:
Al derecho: Tenga cuidado cuando salga por la cuadra. Puede haber baldosas flojas o perros con ganas de jugarle una broma pesada.
Al revés: Quédese en su casa. Fíjese que el perro ha quedado de cabeza, se le va a caer encima.
***
Nota: La finalidad de los significados de cada carta es entretener al lector y a la loca que escribe estas cosas. Ningún dato de este libro debe ser tomado como referencia seria, ni aplicarse a situaciones de la vida real. Dicho esto, sean libres de enviar sus propias interpretaciones de este arcano.
Hasta la próxima. Los saluda, desde su escondite, Madame Ceyene.
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El Tarot de Madame Ceyene
ParanormalHe aquí, damas, caballeros, terrícolas, extraterrestres y entes no identificados con ninguna dimensión de la existencia: la adivina con menos fortuna de este mundo y el otro. Me presento. Diré que mi nombre es Madame Ceyene, porque no es conveniente...