La antipática de las Arendelle (Parte 1)

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Envueltos en una tensión palpable pero menor a la que había estado presente cuando estaban juntos días atrás, dos jóvenes, después de haber desayunado tan apetitoso platillo, se dirigían a aquella pista de skating, cuna de muchas experiencias divertidas y llenas de adrenalina.

La radio estaba encendida y escuchaban música a través de ella, así que eso les permitía no enunciar palabra alguna y evitar la más mínima conversación. Anna tenía la mirada fija en la ventanilla, contemplando el paisaje urbano del barrio, mientras que Kristoff no despegaba la vista de la carretera, sosteniendo el volante con ambas manos, tenso, incómodo.

Al tener la mirada fija en el exterior, la chica de cabello cobrizo estaba en medio de uno de sus tantos momentos de reflexión. En ese momento, no pensaba ni en su madre, ni en su hermana, ni en nadie de su familia, pensaba en aquel que por mucho tiempo consideró el amor de su vida, quien la había traicionado de la peor manera, quien la había abandonado cuando más lo necesitaba: Hans, su "novio", si es que todavía le podía decir así.

No tenía ninguna noticia de él, no sabía qué había sido de él, dónde estaba, con quién, si estaba bien... A pesar de haber recibido una puñalada por la espalda de su parte, no iba a negar que lo que sentía por él todavía no desaparecía al cien por ciento. Afortunadamente, había abierto los ojos respecto a la clase de persona que era, pero un sentimiento tan grande de amor como el que ella llegó a sentir por él no se va de un día para otro...

—Lo que me faltaba...— dijo cuando escuchó la canción que estaba empezando en la radio, soltando una breve risa de despecho.

Casi como si eso fuera el destino burlándose de ella, en la radio, la canción "Every breath you take" de The Police comenzó a reproducirse, una canción que la hizo sentir mucho peor...

—¿Qué pasa?— la voz cargada de confusión de Kristoff se hizo presente, perdiéndose entre la melodía. Anna volteó a verlo, sin poder hacer contacto visual con él, pues este no desviaba la vista de la carretera.

Suspiró, bajando la mirada.

—Nada, es sólo que esa canción... Me trae malos recuerdos.

—¿Por qué? Si es un clásico...

La pelinaranja no pudo responder inmediatamente esa pregunta, con la vista en la nada, sintiendo cómo esa famosísima y pegajosa canción ochentera causaba que su estado de ánimo comenzara a ir en declive.

El rubio se detuvo en un alto, permitiéndole esto voltear a ver a su acompañante. Al ver su mirada perdida en el infinito y su expresión abatida, la tomó brevemente del hombro, más por las circunstancias que por ganas genuinas de hacerlo. Cruzaron miradas.

—Anna... No tienes por qué decirme si no quieres...— comentó el chico de ojos de avellana con un tono reconfortante en su voz. Sorpresivamente, esas palabras, en lugar de hacerla callar, motivaron a la muchacha a expresarse... A pesar de que Kristoff estaba lejos de ser santo de su devoción, algo le decía que podía confiar en él.

—Era nuestra canción... Bueno, tú sabes, mi novio... Él me la dedicó hace poco más de un año. A partir de ahí, se convirtió en nuestra canción, en nuestro himno, por así decirlo— se sinceró, volviendo a bajar la mirada—. Cada vez que la escucho, me recuerda a él, Kristoff...

Ahora había sido el rubio quien había callado tras las palabras de la contraria, sorprendido por la confianza que esta acababa de depositar en él a pesar del poco tiempo que tenían conociéndose y de su evidente mala y tensa relación. Se aclaró la garganta a la par que el semáforo cambiaba a verde, arrancando la camioneta algo perturbado.

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⏰ Última actualización: May 29, 2023 ⏰

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Urban mistake [Kristanna/Jelsa] (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora