Localizada.

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Un animado y alegre grupo de amigos conversaba dentro de la camioneta de un fastidiado Kristoff que, sin haber casi enunciado palabra en todo el camino, se limitaba a conducir su vehículo por las calles del centro de su ciudad, a la luz de la luna y de la vasta iluminación del lugar, escuchando cómo sus amigos ponían en un pedestal a esa artista que a él no le había causado sino problemas.

Escuchó una vez más la risita de Jack, a quien acababan de recoger de su trabajo, al escuchar la emoción con la que sus amigos le contaban lo increíble y maravillosa que era Anna:

—¿Ven? ¡Les dije que era genial! ¿Tenía o no tenía razón?— les respondió el anterior mencionado.

—¡Y vaya que tenías razón!— Mérida, al igual que todos los demás, estaba emocionada a tope, narrando todo lo que habían pasado con la joven artista toda esa tarde—. A pesar de que la vida no la ha tratado nada bien, se mantiene optimista y no tiene ninguna intención de rendirse, ¡Ya quisiera yo tener ese coraje y esa valentía por seguir!

—¡Cierto! Ha estado pasando por bastaaante últimamente, pero puedo ver que es una chica muy fuerte, que siempre se levanta cuando cae, eso es... Pues vaya, ¡Digno de admiración, diría yo!— Astrid complementó las palabras de su mejor amiga, con un genuino sentimiento de emoción.

—¡Además es un amor de persona! Mira que no hablamos casi nada con ella, pero en el poco tiempo que convivimos, fue muy amable y respondió absolutamente todas nuestras preguntas, sin agobiarse ni tacharnos de entrometidos... Creo que tratar de tal manera a un grupo de desconocidos que la saturaron de preguntas es algo que no cualquier persona puede hacer— Tadashi añadió un muy acertado comentario, antes de que todos escucharan palabra del único que se había mantenido en silencio casi todo el trayecto.

—Hablan así de ella porque a ustedes no les hundió la cara de un puñetazo y porque con ustedes no se porta como recién salida del loquero— Kristoff enunció esas palabras sin pensarlo bien, pero con tal tono de resentimiento y de intolerancia al mismo tiempo, todos sus amigos rieron.

—Aún no me puedo creer que te haya golpeado, Kris— el peliblanco se giró para ver a su amigo, con cierto toque incrédulo tanto en su voz como en su expresión facial—. Pero... Dices que fue más un acto reflejo así que comprendo ambas partes.

—Sí, fue un acto reflejo. Pero lejos de disculparse, ahora somos como agua y aceite porque la señorita artista carece de modales a la hora de agradecerle a la gente que la ayuda.

—Pues cuando yo la ayudé en el restaurante me agradeció con un abrazo, no con una nariz rota...

El grupo de amigos, una vez más, soltó pequeñas risitas por el comentario de su amigo de cabello de nieve. De nuevo, Kristoff sentía cierta molestia con ellos por eso.

—Y se siguen burlando...— el rubio rodó los ojos brevemente, deteniéndose en un semáforo en rojo, mirando a sus amigos por el retrovisor—. Ganas no me faltan de decirles que se bajen, eh.

—¡No nos estamos burlando, Kris! Es sólo que Jack tiene razón... Ok, sí, el acto reflejo no fue lo más favorable para ti, pero todos vimos cómo comenzaron a pelear de la nada. ¡Creo que hay personas que no son compatibles por naturaleza! Y Anna y tú son un ejemplo más claro que el agua— Hipo trató que su amigo no volviera a enojarse con ellos, intentando calmarlo—. Pero recuerda lo que le prometiste a tu abuelo...

—Sí, le prometí que iba a intentar llevar la fiesta en paz con ella, pero eso no quiere decir que no me parezca alguien desagradable. Lo intentaré por mi abuelo, no por ella, pues lo que ha estado pasando ya me sirvió de demostración de que nunca seré ni su amigo ni nada suyo.

Urban mistake [Kristanna/Jelsa] (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora