Un nuevo comienzo.

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Una triste y arrepentida pelinaranja miraba entre lágrimas por la ventanilla del autobús, pensando en lo mucho que se había equivocado y en todo lo que conllevaba eso, huía desesperada de su inevitable destino, trataba de ocultarse de sus problemas e intentaba solucionar su enorme error: El haber amado tanto.

"—Hans, por favor, mi amor, tenemos que solucionar esto... Tú sabes acerca de mi sueño de vivir del arte, para ello necesito seguir estudiando y esto me lo va a impedir. Yo no quiero ser madre tan pronto, me gustaría... Tú sabes, abortar...

—Anna, no me jodas. ¿Eres idiota acaso, o es que tienes mentalidad de una maldita asesina? No, ni de chiste vas a abortar a mi hijo, vas a tenerlo quieras o no."

Ella se arrepentía tanto de haberle hecho caso, había permitido que ese hombre decidiera por ella, cuando ella lo único que quería era poder continuar con su sueño, su futuro siendo artista, realizando paisajes hermosos y retratos impresionantes, pero en ese momento el único paisaje que observaba era el de la carretera al amanecer y el único retrato que veía era su reflejo desamparado que alcanzaba a verse en la ventanilla. Debió haber escuchado a su hermana, ella tenía razón, ella siempre tenía la razón...

"—¡MIRA EN LO QUE ESE IMBÉCIL TE HA CONVERTIDO! Pareces una malviviente, Anna, él no es bueno para ti, ¿¡Por qué no lo comprendes!? ¿¡Tengo acaso que explicártelo como a un niño de cinco años!?

—Elsa, por Dios, no seas ridícula. ¡Yo lo amo! ¿Acaso amar es un delito?

—Amar no es un delito, Anna, el delito es que te dejes manipular de esa manera tan poco sana por él, Hans te está haciendo mucho daño y ya no encuentro otra forma de hacerte recapacitar, ¿¡Ves lo que ahora pasó!? ¡ESTÁS JODIDA! El idiota no te permitió decidir lo que querías hacer con ese ser que llevas dentro y ahora no sabemos en dónde está, ¡Abre los ojos, maldita sea!

—¡Hans me dijo que le ofrecieron un trabajo en Canadá! Si se fue es por eso... Estoy segura de que regresará.

—¡Sí, claro! Se fue sin dejar rastro, sin avisar y sin darte señales de vida por "trabajo". Como si no hubiera podido llevarte con él. ¡Por supuesto que no se fue porque prefirió evadir su responsabilidad como futuro padre! ¡Felicidades, Anna, te has ganado el premio a la ingenua del año!

—Supongo que lo que sientes es envidia, hermana, lamentablemente a ti no te ha tocado saber lo que se siente estar enamorada de alguien y que alguien esté enamorado de ti, es una lástima.

—Si tú le llamas a eso "amor", ¡Entonces agradezco enormemente que no me ha tocado vivir una asquerosidad así! Te aseguro que, el día que me enamore de alguien, no será de un imbécil como Hans, ¡Ahí veremos quién es la que tendrá envidia! Mientras, te pido que me escuches... Si no te sacas a ese idiota de la cabeza, te va a destruir más de lo que ya lo hizo."

—Oh, Els, tenías razón, tenías tanta razón...— susurraba para sí misma, pensando en todo lo que había pasado en esos últimos dos meses: Relaciones sexuales sin protección junto con sus consecuencias, una decisión que no había podido tomar y finalizando con el abandono de su pareja, que había huido para evadir sus responsabilidades. Lo único que ella quería hacer era imitarlo, escapando de sus propios conflictos, sabía que ya no había marcha atrás y de todos modos, si la hubiera, ni siquiera intentaría enmendar nada, su hermana platinada tenía razón, ella estaba destruida, jodida, tanto que ya no se esforzaría en ocultarlo...

***

—Señorita... Despierte, hemos llegado— dos horas después, una dulce voz despertó poco a poco a la pelinaranja, sintiendo la luz del día que ya había salido para iluminar su rostro, haciéndola frotarse los ojos. Adaptándose, la chica despertó, notando que había sido una amable y linda mujer de unos cuarenta años aproximadamente quien le había despertado y que además era quien iba a su lado en el autobús, mirando al resto de pasajeros bajando del vehículo, unos ya con sus maletas y otros empezando a recibir su equipaje. Sonriendo ligeramente, la fémina se levantó y estiró sus brazos hacia abajo para tomar sus pertenencias que estaban en el suelo, comenzando por una mochila color verde, grande y repleta de una pequeña parte de sus posesiones, siguiendo después con una bolsa blanca en la que guardaba su dinero y su material de arte, sin darse cuenta que lo más importante que llevaba se había salido de dicha bolsa y había quedado hasta el fondo de la parte de abajo del asiento del autobús: Un bolso pequeño que llevaba sus ahorros de, fácilmente, cinco años.

Urban mistake [Kristanna/Jelsa] (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora