Mientras, un chico de bonitos ojos azules entró ligeramente nervioso a su lugar de trabajo de nuevo, tranquilizándose al ver a su jefe atendiendo la llamada que él mismo le había comentado. Sigilosamente, el ojiazul caminó hacia la cocina del restaurante, sin embargo, no pasaría desapercibido. Su jefe, en el momento en el que lo observó y vio las intenciones de su empleado de librarse del regaño, alcanzó a tomarlo del cuello de su camisa antes de que pudiera hacer otro movimiento, haciendo que el mismo cerrara los ojos, suspirando, sabiendo lo que se avecinaba:
—Tú te quedas aquí— le susurró entre dientes, alejándose el teléfono y observándolo como si quisiera asesinarlo con la mirada. Posteriormente, el mayor se acercó al teléfono de nuevo y habló con la persona del otro lado de la línea—. Muchas gracias por su llamada. Podríamos agendar una cita para el martes de la próxima semana, lo recibiré aquí con los brazos abiertos. Me tengo que ir, pero me dio mucho gusto saludarlo. ¿Le parece si le llamo en una media hora...? ¿Sí? ¡Perfecto! Hasta entonces.
El hombre de tatuajes colgó la llamada y lo primero que hizo fue cruzar miradas con su empleado, fulminándolo con la mirada, mientras el mismo le devolvía una mirada de hartazgo y temor a la vez.
—¡Te quiero sentado en la mesa vacía que le ofreciste a esa chica YA, Overland!— le dijo en un tono amenazador antes de soltarlo e ir directo a la cocina. Exhalando rendido, el peliblanco se dispuso a acatar las órdenes de su jefe, yéndose a sentar a la única mesa disponible del establecimiento. Uno de sus compañeros de trabajo se percató de sus movimientos y, divertido, se acercó a él:
—Déjame adivinar, Jack. ¿Retando a Norte otra vez?— le preguntó, haciéndolo reír inevitablemente; ese comentario lo había relajado considerablemente—. ¡Algún día de estos simplemente se va a hartar y te va a sacar de aquí a patadas!
—Créeme, hace un rato me amenazó justamente con hacerme eso— respondió el chico de cabello de nieve, con una sonrisita—, ¡Pero estoy seguro de que, el día que pase eso, terminará extrañándome y me suplicará que regrese!
—¡Oh, eres irremediable!
—¡Así me quieren! ¿No?
—¡Evidentemente, jaja!
Riendo a la par que negaba con la cabeza, su colega mesero se retiró, dejando al ojiazul solo. Estaba bastante tranquilo hasta que vio a su jefe salir de la cocina, molesto, cargando consigo un plato de esas galletas que tanto adoraba...
El mayor de tatuajes se sentó en la silla enfrente de él, observándolo en un silencio largo, total e incómodo... A pesar de que sabía que su jefe no estaba tan molesto como otras veces, el chico sabía que le esperaba un fuerte regaño de todos modos...
***
En otro lado de la ciudad, tres amigos practicaban en una enorme, amplia y útil pista de skateboard, dejándose llevar por la adrenalina y por su pasión por deslizarse sobre cuatro llantas. Al ritmo de "Possessed to Skate" de Suicidal Tendencies, sentían el fresco viento soplarles en el rostro como un suspiro que los motivaba a no detenerse, a seguir disfrutándolo y, sobre todo, a seguir dejándose llevar por su pasión de ir montados en una patineta que se deslizaba como mantequilla en esa grande pista que habían convertido en su lugar de reuniones entre amigos.
Mientras el castaño y el pelinegro se concentraban en hacer trucos más fáciles, el rubio –al ser quien tenía más experiencia- prefería arriesgarse e intentar trucos más complejos. Su afición más grande era el skating, pues le recordaba muchos bellos momentos de su infancia que le traían los recuerdos más valiosos de dos de las personas más importantes en su vida que lamentablemente lo habían dejado años atrás: Sus padres.
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Urban mistake [Kristanna/Jelsa] (EDITANDO)
FanficUna prueba de embarazo positiva, o como diría ella, un enorme error derrumba el mundo de Anna, una bella muchacha que sueña desde niña con ser una pintora reconocida internacionalmente, viviendo del arte y por el arte. Con esa gran metida de pata, e...