15- Las pesadillas del demonio.

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Maravillas cuentan del cielo, del lugar donde los ángeles y querubines se enamoran del destello de las estrellas en la noche.

Y alguna vez se preguntaron ¿De donde vienen? 

—Ali—Decía el chico de cabello avellana—Basta—los ojos llorosos, aún, pensando "¿Por qué?", reírse de tal cosa ¿No fue para tanto? Sus lagrimas recorrían su cara.

Ali, la chica quien volvió a su compostura. Ignoró a Eray, su hermano.

Lynn, quien observaba la situación a toda regla, no dijo nada, no le tomo ni una probada a el pan.

—Parece que no tenemos una sola risa mas—decía divisando a todo el publico.

Sentía como se quedaba la tensión en el momento; Lagork, pasó una mano por mi hombro intentando decirme algo, lo cual no lograba escuchar por los ruidos exagerados de la gente gritando en aquel lugar, sentía como tenía la necesidad de agarrar y tirar de mi pelo con fuerza y desaparecer "Desaparecer."

Miré a Eray; busque su mirada lagrimosa 

—Bueno, bueno, Lazarí—sonrió Leonor—¿Que tal si seguimos con esto? No parece ser que Eray quiera morir humillado sin ver como le ganan.

Eray lloraba con rabia, moría en aquel lugar pero desgarrado de dolor y humillación propia.

—Callaos—Decía con la mirada completamente echada a el suelo.

Quisiera saber como es que le sentaría que la chica que venía con él ni siquiera le estaba ayudando.

Creo que sentiría que le estaban traicionando, no lo sé, no lo conocía bien.

"Creo".

.. "¿Creo?"

Eray volvió a agachar la cabeza y esconder su rostro, mientras que el circo entero bajaba el volumen de los murmuros ya que "Ali" se acercaba a la siguiente concursante.

—Lynn—decía Ali.

Eray miró asustado, y no sabía si de miedo  o de sorpresa al ver que Lynn no expresaba ningún acto de evitar el tacto de la contraria. 

{...}

Dentro del comedor, se encontraba un grupo de amigos, cada uno riéndose de un chiste lo suficientemente malo como para hacer reír a las hormigas.

—¿Por qué a los esqueletos no les gusta la lluvia? Porque se calan hasta los huesos—Soltó Eray.


En este momento ya estaban todos riendo de una manera tan estúpida que ni siquiera el mas cuerdo podía aguantarse una risa.

—¿Sabéis cómo se llama el campeón japonés de buceo?—dijo Lynn en uno de sus intentos de agarrar aire para poder seguir hablando.

Thi, ya mas que en el suelo preguntó.

—Tokofondo.

Thi, sin saber a donde iba a llegar la situación él si que toco el suelo.

—Hola, está Agustín? No, estoy incomodin—intervino Lagork.

Eray lloraba de la risa.

—Basta—Reía de forma exagerada el de cabellos avellana, en un intento iluso de querer dejar de reírse.

tras un espacio de pausa de unos dos o quizás cinco minutos para descansar de los chistes, Lynn comenzó una conversación.

—¿Donde están Liam y Gatix?—preguntaba el mas alto de cabello rojizo.

¿Te ves en el espejo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora