10- Los destellos no son buenos.

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¿Gatix tiene hanahaki?

¿Le duele?

¿Puede amar?

Alguien no ama... ¿Alguien no ama a este chico?

Intenta tener el libro por eso...
¿Por qué simplemente no lo pide?

-Relájate estúpido gato-Se acerco a una de las plantas que florecía detrás de las tumbas.

Vi como Thi arrancaba sin piedad, un corazón vivo que aún estaba sujeto a una de las flores.

Esta se marchitó al segundo de que el corazón se alejó de la flor.

Gatix seguía tosiendo, incluso podría decir que estaba gritando de dolor pero sonreía.

-¿Por qué sonríes si sabes que te estás muriendo?-le mire.

-Oh venga no es para tanto, incluso podría decir que me gusta.

-Eso es ser masoquista.

El gato volvió a reír como si no pasara nada grave, después de ello Thi agarró con fuerza el cuello de Gatix.

Este aún se aguantaba el dolor de la sangre saliendo por su garganta entrecerrando sus ojos, con aún esa sonrisa estúpida en su rostro.

-Trágate esto-Añadió Thi con una voz molesta acercándose el corazón a su boca con intención de que este se lo comiera-Le he quitado la fuerza de revivir a una niña por tu vida mortal, mas te vale agradecer.

-¿La fuerza de revivir?-Miré a el chico de pelo granate.

-Niño curioso, permíteme explicarte-Le tiró el corazón al chico albino y automáticamente este lo comió desesperado, seguido se acercó a mí.

-Veras

-Lo miré con curiosidad, y el hizo que la intensidad de la luz que llevaba en el bastón, creciera-¿Que tan fuerte es?

-Podría ser menos de lo que tu has pasado

-Cuéntame

-Cuando una alma llega a este cementerio, sin decir que es el único que hay en este pueblo, la alma de ese monstruo lucha por revivir, mostrando así, su corazón; durante un tiempo, la reina de las rosas me encargó, el trabajo de darle la paz llevar de nuevo su cuerpo hacia fuera de la tierra.

-¿Oh?-Pregunté esperando otra respuesta, pensando que vendría algo a continuación.

-Oh dejarlos morir, arrancarles sus esperanzas y no dejarles volver.

Gatix rió.

-Y después está este desalmado, que aunque le quite sus esperanzas luchará contra mí porque no tiene ni corazón.

-La verdad, no te niego nada-Sonrió al escuchar eso.

Gatix dejó de escupir sangre, ni siquiera había un pétalo más de rosa.

-¿Gatix?-pregunté por él.

-Atento a sus órdenes.

-Pobre humano que ha de escuchar tus palabras-Respondió el funerario.

Reí, se hacían similares a dos críos peleando en el descanso de una escuela, solo porque le ganó en un juego.

-Entonces, ¿Cuál era tu pregunta?-me volvió a mirar el chico albino.

-¿Dónde vives?

-Oh si, ¿quieres verlo?-Se acerco a mi, y lo mire a sus ojos azules, eran tan claros como los pétalos de una hortensia.

-Asentí-Nos vemos señor funerario.

-Para ti , llámame Thi.

-Aún le tengo preguntas, volveré en otro momento, ¡Un placer conocerlo!

Así, fui corriendo tras de Gatix, mientras pude escuchar unas últimas palabras del funerario

"Rompiste las reglas de Selwyn"

[...]

Exhausto, llegue después del chico albino, a una casa que parecía abandonada, pero, tenía muchos arañazos que al parecer eran hechos por un gato. Curioso.

-Bienvenido-Decía el con los brazos en el aire y con un tono sarcástico y estúpido.

-Dios mio, siento que se me va a caer el techo en la cabeza...

-Oh, tranquilo eso pasó ayer.

De nuevo soltó esa risa estúpida y sin sentido alguno, solo por que le gusta ser gracioso, pero noto que algo no está bien con él.

-¿Por qué tienes hanahaki?-Solté la pregunta al aire esperando una simple respuesta.

El, quien estaba de espaldas a mí, bajó los brazos del aire y miró al suelo.

-¿Gatix?-Me incliné un poco hacia la derecha fingiendo que intentaba ver su rostro.

Sentía su incomodidad , me sentía mal de haberle hecho esa pregunta, me lamento de ello, y él simplemente aprieta los puños y sigue mirando al suelo; rabia, eso es lo que llevaba hace bastante tiempo detrás de sus chistes, ¿No es así?

-Cállate-Dijo él, susurrando.

-No te escuche, ¿qué decías?-Respondí.

Me acerqué un poco más, las tablas del suelo crujieron con tan sonido que me asusté.

-Para.

-¿Qué necesitas que pare?-Me sentía extrañado de lo que me estaba diciendo, siento que no lo entiendo, me da miedo no entenderlo porque quiero ayudarlo.

-Párate-Repitió.

Paré mis pasos, cada vez me sentía más confuso.

-¿No lo ves?

-Realmente no.

¿Ver el que?

-Desde que llegaste no has hecho más que un mal para nosotros.

-No hice nada, solo quiero a mis amigos de vuelta-Agarré mi brazo.

-¿Acaso si perdiste una joya en un pueblo, te metes a investigar en la casa de todos los habitantes de allí?

...

-Solo has arruinado todo, cada paso que dabas lo hacías peor, ¿Qué está mal contigo?

...

-Todo es tu culpa-Se giró con las manos en la boca.

-Yo...

-Exacto tu...-Alejó sus manos de su boca, y empezó a caer sangre y pétalos de rosa azul de su boca-Es tu culpa.

-No lo entiendo, Se supone que eso te ocurre desde antes de que yo llegara, ¿Como es eso posible?-Dije mientras lo miraba asustado a su rostro, con ganas de llorar golpeándome el cuerpo.

-Ya nos conocemos.

¿Qué estaba pasando?

-Yo también te conozco ya-Siguió hablando.

¿Quién es el?

Se acercó a mí y agarró mis manos.

-Y tengo que matarte-me mostró una pequeña cuchilla, con detallado de flores, plata...

¿Por qué?

Esto termina así... ¿No?

Inicie con preguntas y acabe con ellas.

¿Quién es Gatix...?

¿Te ves en el espejo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora