23. Cita

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—Estoy teniendo un deja vú —Dijo el rubio mientras miraba a su novio echarse del único perfume que tenía frente al espejo.

—¿Ah, sí? —Lo miraba por el reflejo— ¿De qué?

—De ese gas radioactivo que llamas "colonia", solo que esta vez, sabiendo que lo odio, te lo pones para mí.

—Quiero oler bien en nuestra cita, básicamente es la primera que tenemos y quiero darte buena impresión.

—Y el deja vú sigue.

El rubio rodó los ojos y se acercó a tomar una chaqueta negra que colgaba del espejo, poniendosela.

—Yo me iba a poner eso.

—Ya me lo puse yo —Le besó la mejilla— Busca otra, te espero afuera, iremos caminando.

—Tambien tengo un deja vú.

Chester salió de cuarto y revisaba en su celular la hora, esperando no llegar tarde a la reservación del restaurante, sobretodo porque tenía un novio que, aunque siempre parecía desarreglado, se tomaba demasiado su tiempo para alistarse.
Oh, y no es por alistarse, Parker es solo… Distraido. Cada vez que su mente se llena de ideas al azar mira a un punto fijo directamente y deja su mente volar en imagenes de cosas que recordaba o pensaba, se quedaba así por varios minutos hasta que recordaba lo que estaba haciendo.
Se llama disociar, una actividad involuntaria, consecuencia del Trastorno de Déficit de Hiperactividad y Atención (TDHA), el cual el peli-negro padecía y fue diagnosticado con tal desde pequeño.

Por fin habiendo terminado con su labor, buscó un remplazo para su chaqueta y salió hacía el Rubio.

—Regresé.

—Te tardaste un poco —Se acercó a acomodar la ropa del contrario y luego tomarle la mano— Vamos.

La camimata hacía el lugar fue muy tranquila, Chester lograba fácilmente hacer una conversación de cosas que le interesaban o cositas pequeñas al azar.
El camino fue tranquilo y corto puesto que cuando ambos estaban de buen humor llegaban a caminar muy rápido, quizá Chester estaba algo sobrestimulado por la emoción de la cita y Parker debía seguirle tanto el paso como el hilo de la conversación, por eso a veces se encontraba teniendo que acelerar forzadamente, también porque estaban de la mano y si Chester aceleraba, a Parker lo jalaban (Eh, rima!).

Llegaron al restaurante como debían y Chester le soltó la mano de su pareja para evitar algún comentario innecesario, varios restaurantes tienden a no dejar a otros pasar por ser… Diferentes a su ética.
Parker entendió y llegaron, actuando como amigos, pidiendo la mesa que habían reservado.
El salonero los miró con una sonrisa amable y los guió a cierta mesa, quizá no era tan malo, pero no se confiarían y seguirían actuando con discreción.
Se sentaron en su mesa asiganada y revisaban los menús con más hambre que antes.

—Hey, esto de la cita fue una buena idea —Dijo Parker.

—¿Ah, sí?

—Sí, y sé porqué lo haces —Hubo silencio en esa mesa.

—Quiero que te sientas mejor, y sobre todo que te sientas amado.

—Me siento amado —Miró al menú de nuevo—, tengo a un novio perfecto.

Chester sonrió con orgullo y quería besarlo, pero debían limitarse solo a hablar.

—Y yo tengo un novio muy lindo.

Pidieron la comida, y si no fuera por sus modales se hubieran tragado como animales la carne.
Se contuvieron y comieron con decencia al tiempo que hablaban de cosas de su casa. En algún momento de la conversación Chester mencionó a su madre y que le había mencionado de su relación causando que el peli-negro casi se atragantara con la comida, tosió preocupando al rubio frente a él quién iba a levantarse para ayudar hasta ver que estaba mejor y volverse a sentar.

—¡Dios, ¿tu madre lo sabe!?

—Baja la voz, Parker. Sí, mi madre lo sabe.

—Y, ¿que te dijo?

—Que se lo esperaba.

Parker guardó silencio.

—¿Que hay de tu padre?

—No merece saberlo.

Parker asintió.

—Mis padres deberían saberlo, no tengo miedo de su reacción porque sé exactamente lo que dirán.

—Los conocí solo una vez, se burlaron de mí "discretamente" por parecer gay.

—Pero lo eres.

—Pero se burlaron de ello, no me agradan.

—Si no quieres conocerlos está bien, pero aparte de la homofobia has sido buenos merecedores de saber de mi vida.

—Entonces puedes contarles y, si quieres, presentarme, pero al primer mal comentario nos iremos de su casa.

—Como quieras.

De nuevo callados, Parker jugaba con su comida, con el ceño fruncido en incomodidad y una mueca de lo mismo. Chester lo miró y suspiró viendo su plato.

—Lo siento, no quiero tener una discusión, es una cita, disfrutemosla —Tomo la mano del contrario por debajo de la mesa ganandose una sonrisa de este.

—Tienes razón, pero hablaremos de eso luego.

—Como gustes, por ahora disfrutemos de la tarde.

—Está bien, cariño.

—Si me sigues llamando por apodos voy a cortar la cita aquí —Parker rió no tomandose eso en serio.

The Horrible Life of Luxury [Chester x Parker]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora