Vanessa
Es curioso cómo la vida es tan diferente a lo que deseamos que sea. Todo es al azar. Si tienes suficiente suerte, se te permitirá nacer en una cuna de oro con una familia posiblemente disfuncional... pero con familia y dinero. Si no tienes tanta suerte, entonces nacerás en una familia de un solo integrante, quien ni siquiera sabe que existes la mayor parte del tiempo. Y, por supuesto, sin una estabilidad económica por arriba del promedio. Esa fue mi suerte.
Y espero no crear un malentendido, no me quejo. Sé que pudo ser peor, así que vivo con ese pensamiento constante en mi cabeza cada vez que las cosas parecen ir realmente mal: "Pudo ser peor", porque sí, pudo ser peor.
Puedo explicar por qué digo que podría ser peor. Me han dicho tantas veces que soy "linda" y me parecía tan irrelevante hasta que entendí el privilegio de esto desde el momento en que empecé a hacer lo que quería y nadie me señalaba acusándome por ello. Porque este mundo idolatra la belleza de una manera tan simple y superficial que no se da cuenta de que la belleza no viene acompañada de bondad.
Mi tez blanca y rostro encantadoramente delgado, con ojos grandes y expresivos de color marrón oscuro, mi cabello castaño oscuro que a veces parece brillar cuando es alcanzado por los rayos del sol, con ondas apenas visibles que llegan hasta mis hombros y mi figura delgada. Todo eso es lo que la gente ve; ellos no notan cuando tomo algo sin pagarlo. Claro que no. Y es sencillo, pero no es lo que quería para mi vida.
—Son cinco con noventa, por favor.
—Claro, toma.
—Gracias, vuelva pronto.
—Ten un lindo día. Hasta luego.
Sé que aún parecía ser pretenciosa, así que lo explicaré mejor: Mi compañera de trabajo se llama Jessica. Tiene una tez morena y un rostro muy expresivo; sus ojos son grandes y penetrantes, de un color tan oscuro que parecen completamente negros. Jessica tiene cabello castaño oscuro que generalmente lleva largo o en un estilo ligeramente despeinado en una coleta caída y su complexión es dos veces la mía.
Ella es una de las personas más amables que conozco y a mi parecer tiene una belleza muy hermosa. Pero no es la belleza que los estándares buscan y por eso los clientes de esta tienda de conveniencia siempre me tratan mejor que a ella. Es una porquería, porque sé que cuando ellos entran a la tienda yo los juzgué en mi cabeza al menos una vez. Pero Jessica no. Seguro ella esperaba que aquel hombre que la insultó o esa mujer que le gritó fueran personas buenas. Incluso estoy segura de haberla escuchado justificar el comportamiento tan insoportable de las personas en alguna ocasión.
Sé que la belleza es subjetiva y somos todos bellos bajo los ojos correctos. Pero ¿quién te da el derecho de tratar a alguien como la mierda solo porque tus ojos no pueden verlo?
—Ness —giré mis ojos hacia ella mientras terminaba de entregarle sus productos a un tipo—. ¿Crees que puedas cerrar hoy? Tengo que llegar a mi casa un poco antes de las doce.
—Por supuesto, yo me encargo.
Ella sonrió y, con un pequeño susurro, me agradeció mientras recogía sus cosas y salía de la tienda. Ya eran casi las once y media de la noche; el turno nocturno era mucho más tranquilo, y además tenía a Jess conmigo en lugar de esa molesta señora que solía salir a fumar cada hora y me dejaba con una fila enorme de clientes molestos. Lo lamentaba por ellos, pero a mí también me hubiese encantado que dejara su vicio un momento, no eran los únicos.
Miré el reloj con impaciencia el resto del turno. Solo llegaron dos clientes más a comprar alcohol y, después de un par de "halagos", como les gustaba llamar a sus comentarios denigrantes, se fueron. Por fin podía salir de ese molesto y rutinario lugar. No me molestaba la rutina, pero esa en especifico no era de mis favoritas.
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Vanessa, I Found You | Vampire |
RomanceVanessa, una chica de diecisiete años que vive con su padre mientras ahorra lo suficiente para irse de casa, conoce a una misteriosa joven, que hace que su vida y la forma en que quiere vivirla cambie por completo. Nathalie, una hermosa vampiro de...