Vanessa, I Found You | Vampire |

21

Vanessa

—¿Perdón? ¿Cuándo qué?

—Entiendo que es mucho que procesar, señorita Miller. Te daremos un minuto.

—No, es que entiendo bien lo que dijo, pero no quiero hacerlo.

—¿Qué dice?

—Eso. Yo no quiero hacerlo.

—No te hagas del rogar, cariño —Rebecca habló, dirigiéndose a mí con una sonrisa—. Seguro que cualquier cosa será mejor que tu vi-

—Rebecca. —Nathalie interrumpió— Basta.

—Como quieras. —ella se cruzó de brazos y miró a otro lado molesta.

—Vanessa, ven. Acompáñame afuera un momento.

Mi novia caminó fuera de la casa y yo fui detrás de ella aún asimilando todo. Cuando salimos, ella cerró la puerta y me miró, entonces supuse que esperaba que yo hablara primero.

—Nathalie, ¿ella habla en serio? —asintió cabizbaja— ¿Es una broma? No me trajiste a conocerlos, me trajiste para avisarme lo que ustedes ya decidieron para mí.

—Vanessa, debes entender. No tenemos opción.

Ella intentó acercarse y tomar mi mano, pero yo retrocedí. No quería que me tocara, y ni siquiera quería verla, estaba demasiado molesta. Lo entendió y se alejó.

—No, Nathalie. Me has mentido y ocultado cosas desde el principio. —mi voz sonaba temblorosa, pero me mantuve firme frente a ella.

—No, es que...

—¿Qué? ¿Qué excusa o verdad a medias dirás ahora?

—Vanessa, si te lo contaba todo antes, hubiese sido peor. Quería que te sintieras cómoda conmigo primero.

Moví el pie de manera ansiosa sobre el suelo. Mi mente divagaba en todos los momentos que pasé con Nathalie, y cómo desde el principio me sentí tan atraída, literalmente, por ella. ¿Entonces no era yo? Lo que sentía era todo una mentira. Se sentía como si no pudiera confiar ni en mí misma o en mis propios sentimientos en ese momento.

—Quería gustarte. Quería que te sintieras como yo lo hago. —me explicó.

—Pero si básicamente no tengo opción. Todo lo que dijo tu madre... Esa extraña cosa que me obliga a quererte.

—Oh.

—Quiero volver a casa. —exigí dándome la vuelta para no mirarla.

Nathalie asintió y caminó de nuevo dentro de la casa por las llaves del auto. Cuando salió, se apresuró para abrirme la puerta y luego rodear el auto para entrar también.

Todo el camino fuimos en silencio. Mi mente seguía maquinando sin parar las palabras de Leonor. No podía creer todo lo que me había dicho, y cómo habían tenido el descaro para hablar con tanta naturalidad sobre cómo habían decidido qué hacer con mi vida. Dijeron que no tenía opción, ¿pero cómo se atreven a decírmelo de esa manera? Como si lo que yo tengo para decir no importara.

Las palabras hirientes que le dije a Nathalie eran todo mentira, pero en ese punto no podía detenerme a pensar en lo que decía o no. Esa frustración que sentía cada vez que algo se salía de control en mi vida, es justo lo que me estaba pasando y la razón por la que me sentía tan atormentada.

Entendí a su familia. Estaban desesperados porque podría costarles la vida el tener un secreto como este. Pero yo no estaba lista para algo así, ni siquiera me lo había planteado aún. Las cosas con Nathalie recién iniciaban, y aunque me gustaba mucho estar con ella, eso no aseguraba que se quedaría conmigo siempre. Pensé que era solo ella siendo cursi cuando hablaba a futuro, pero luego llegan como si nada a decir que hay algo que nos va a unir para siempre.