Vanessa, I Found You | Vampire |

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Cuando la lluvia cesó lo suficiente, regresé a casa para dejar las cosas que había comprado. Mi padre me vio llegar y, con un gesto de cabeza que interpreté como un agradecimiento, se retiró a su habitación. Mi corazón dio un pequeño salto; realmente tenía un gran resentimiento hacia él, pero por alguna razón que no lograba comprender, me alegraba cuando no estaba completamente decepcionado de mí.

Subí a mi habitación para cambiarme la ropa empapada. Me puse la misma pijama que llevaba la noche anterior y me recosté en la cama, disfrutando del sonido de la lluvia que caía afuera sobre el techo y la tierra. Apenas era mediodía, aún faltaban cuatro horas para que comenzara mi turno, así que tomé mi teléfono nuevamente y me puse los auriculares cuando el sonido monótono de la lluvia se volvió aburrido.

"Genesis" de Grimes comenzó a sonar en mis oídos, y mis manos se movieron al ritmo de la música mientras susurraba las letras en voz baja. Con los ojos cerrados, mi mente volvió a la imagen de la chica que había visto antes. Era difícil olvidarla, porque ¡Dios, era hermosa! Poseía una belleza casi irreal. Nunca antes había visto a alguien tan cautivador, ni siquiera en series o películas. Al menos a mí parecer, porque como dije, la belleza es subjetiva.

No sabía si era el color extraordinariamente blanco de su piel o su cabello igualmente blanco y brillante, pero parecía una diosa nórdica. Definitivamente era una turista. Su belleza destacaba entre el promedio de este pueblo. Si a veces me consideraban atractiva, entonces esta chica dejaría perplejas a las personas con sus rasgos tan excepcionales. Parecía sacada de Frozen.

Es idéntica a Elsa. Pensé con una sonrisa, todavía con los ojos cerrados y mi mente viajando acompañada de la música.

Después de estar recostada durante aproximadamente dos horas, me levanté para cambiarme y salir. Aún faltaban dos horas para mi turno, pero quería comer algo antes de comenzar, así que me puse unos pantalones negros rectos un poco holgados, un jersey del mismo color y, una vez más, mis converse negros con blanco. Recogí mi cabello en una coleta pequeña, ya que el largo apenas llegaba debajo de los hombros, quedando unos mechones sueltos que coloqué detrás de mis orejas. Tomé mi mochila y bajé.

Una vez abajo, miré a mi alrededor, pero él ya no estaba. Supuse que ya se había ido al trabajo, así que solo tomé mis llaves y salí, cerrando la puerta tras de mí. Caminé tranquilamente hacia una pequeña cafetería que quedaba a unas cuadras de mi casa. Era un lugar rústico, con apenas un par de mesas fuera debido a lo pequeño que era por dentro, pero la comida era increíblemente deliciosa y la mujer que atendía siempre era muy amable.

—Buenas tardes —saludé mientras agitaba mi mano y esbozaba una leve sonrisa en mi rostro. La mujer sonrió y ladeó un poco la cabeza—. Un café con leche mediano y un croissant, por favor.

—Claro. Enseguida te lo traigo, linda.

Asentí y me senté en una de las mesas. Era curioso cómo las palabras podían cambiar tanto dependiendo de quién las dijera. Esta señora podía llamarme "linda" y lo tomaba como un apodo amable, pero si un idiota en el supermercado lo hacía y luego me desnudaba con la mirada, claro que resultaba increíblemente molesto.

Mientras pensaba en esto, un fuerte escalofrío sorprendió a mi cuerpo, acompañado por una sensación punzante por levantar la vista. Lo hice y no vi a nadie mirándome, pero estaba segura de haber sentido una mirada sobre mí. Un instinto en mi cuerpo también la sintió.

No le di mucha importancia y comencé a mirar mi teléfono. Unos minutos después, mi comida ya estaba frente a mí, así que comí y luego pagué la cuenta para dirigirme al trabajo con calma. Llegué con media hora de anticipación, así que me quedé afuera sentada en la acera esperando hasta que comenzara mi turno. Me puse el delantal con el logo de la tienda y salí de la bodega para saludar a Jess, quien ya estaba allí desde antes que yo, organizando algunos productos en los refrigeradores.