XIV- Felicidad

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Harry no podía quitar la deslumbrante sonrisa que adornaba su cara; no podía creer que en menos de dos meses su vida haya cambiado tanto, y para bien.

Para empezar había sido adoptado por una persona que lo amaba, no lo obligaba a nada más que a sacarse buenas calificaciones, mantener su cuarto lo más ordenado posible y alimentar a sus animales; tres sencillas cosas que el más pequeño de todos cumplía a la perfección; aun así todavía tenía lo de querer ayudar en algo más, pues como se mencionó anteriormente, 17 años de abuso no se iban de un día para otro. El pequeño príncipe recuerda las veces que su padre o su tío lo habían encontrado ayudando a los elfos a limpiar porque según él estaba 'aburrido', lo que no solo ponía nerviosos a los pobres elfos porque el príncipe tan considerado los quería ayudar, sino que Thomas y Edward no sabían muy bien que hacer para que Harry dejara de limpiar y se dedicara a divertirse como todos los jóvenes.

"Divertirse", los dos adultos se dieron cuenta que el más pequeño no sabía que era mucho lo que un joven normal de 17 años, casi 18, debía hacer, pues de pequeño directamente no había tenido infancia, se la pasaba limpiando y cocinando todo el día, a veces ni siquiera salía de la casa, tampoco iba a la escuela porque los Dursley no se lo permitían más que unos pocos días.

Luego en Hogwarts no había habido ni un año que fuese lo más normal posible, no había tenido tiempo de salidas, de citas, de novios, de algo pasajero, no había tenido la diversión que un niño o un joven debían tener, la experiencia de "Diversión" en Harry era muy diferente a lo que otra persona podía aplicar cuando la decían.

Thomas se dio cuenta enseguida, era su hijo después de todo, así que con Edward y Blaise se propusieron hacer actividades en familia que ayudarán a Harry a ver otro sentido, no solo a la famosa palabra "Diversión", sino que otro sentido en todas sus formas, se dedicaron el mes y medio que iban a enseñarle diferentes cosas para que viviera lo que nunca había vivido; para que cuando sea más grande y tal vez en un futuro tuviese hijos, él pudiese enseñárselo a ellos.

Un toque en su puerta provocó que Harry saliera de sus pensamientos (y de su armario) para ver quién era.

-Adelante- Dijo Harry suavemente mientras cepillaba su sedoso cabello y lanzaba una sonrisa más deslumbrante de la que ya tenía a sus novios oficiales; Harry se apretó más la bata de seda que tenía puesta, ya que sabía que si sus novios veían el conjunto que tenía debajo de ella no se irían más.

-Bebe, venimos a darte las buenas noches antes de que Thomas venga- Dijo Rabastan soltando unas risitas junto a Severus, mientras cerraban la puerta a prueba de padres celosos.

-¿Ya se van a dormir?- preguntó Harry mientras que se dirigía a abrazar a Basty, quien lo envolvió en sus brazos y luego bajó su boca a la de Harry para darle un dulce beso acompañado de una mordida de labio.

-Si amor, estamos súper cansados, y hoy por primera vez en meses tendremos una suave cama- Contestó Severus mientras sonreía a la imagen que le daban los otros dos.

-De acuerdo, yo también estaba justo por acostarme- Harry salió del abrazo de Basty y se dirigió a Severus, quien primero beso su frente y luego lo estrechó contra su pecho para terminar casi comiéndole la boca, provocando que Harry gimiera un poco por el tacto tan rudo pero a la vez lleno de amor. Rabastan se acercó hacia donde estaban sus otras parejas, para colocarse detrás de Harry y envolver sus manos en la cintura de este, quien recostó un poco su cuerpo contra el de Basty, mientras este atacaba su cuello.

-Mhmg Basty, Sev, mi padre puede venir en cualquier momento- Dijo Harry mientras se moría por los besos de Basty y los toques que Severus había comenzado a dar.

-Oye amor, Espero que ese hermoso conjuntito que llevas puesto nos lo muestres en otra ocasión- Dijo Basty en su oído notando la preciosura que su pequeño tenía puesta.

Meilė AzkabaneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora