BLAIR [Henry Bowers]

36

HENRY BOWERS

Nos encontrabamos en el garage de Belch, tomando unas cervezas y fumando marihuana, como todos los sábados.

—¿Y qué onda?—Habla Patrick dejando la tuca que quedaba de porro en la mesa de madera—¿Cómo terminaste besándote con Gretta?

—Que sé yo—Rie Belch—Tengo algo natural que enloquece a las nenas.

—¡Esaa, gordo!—Animo riendo

—Espero que no te haya puesto celoso, Henry—Me dice Belch para luego pasarme la botella de cerveza.

—Para nada—Admito.

¿Ponerme celoso? Ni ahí, pero claro ellos no sabían que las únicas veces que bese o hablé con Greta fue para molestar a Blair, Gretta Keene me produce rechazo e irritabilidad, por suerte esos días acabaron y ahora estoy comenzando a estar bien de nuevo con Miller.

—¿Y tú, Bowers? ¿No hay ninguna que te interese?—Pregunto, Victor, yo negué con la cabeza y di un sorbo a la botella.

—¡Lo olvidaba!—Llamo la atención, Patrick —Me he cruzado de camino con el negro que estudia en casa...¡Mike!

—¿Aún no se fue de nuestro pueblo?—Pregunte mientras me ponia de pie—¿Dónde estaba?

—En la carnicería de la vuelta.

—Vamos.

Salimos del garage de Belch y detuvimos nuestros pasos al frente de su auto cuando vimos que la parte delantera estaba escrita con pintura blanca.

LOS MONOS BAILAN 8=D

—¿Qué carajos?—La voz furiosa de Belch se escucha primero que todos.—¿Quien mierda fue?

—¿Los monos bailan? ¿Un pene es eso de al lado?—Pregunto Patrick riendo.

—No te rias, imbécil —Lo regaña, Belch.

—¿Quién se pudo atrever a hacernos una broma a nosotros?—Pregunte sin dejar de observar el auto.

No sé me ocurría quien podría ser, todos en el pueblo nos temian y respetaban, ¿quién seria tan bobo de hacernos una broma? estarian cavando su propia tumba.

—¿Los perdores?—Sugerio Victor.

—No lo creo, se hacen encima de solo vernos—Respondi.

—O solo fueron unos niñatos con ganas de molestar a cualquiera—Vuelve a hablar, Victor—Ni siquiera tiene sentido la frase.

—Tranquilo gordo—Me acercó a él para palmear su espalda—Sabremos quien fue y lo demoleremos a golpes.

Patrick y Victor ríen chocando los cinco.

Si algo me gusta, es la vengaza y tarde o temprano descubrire quien nos quiso humillar y su castigo será un plato delicioso para mí.

—¡Jodeeer! Han vomitado en el asiento trasero—Belch grita con furia al acercarse al auto, luego le da una patada a la rueda—¡Mi padre va a matarme!