Escena 11.

26 19 0
                                    

(llega David y se sienta en su trono. Aparenta impaciencia, por lo que mira a todos lados).

Matrona: Majestad, majestad, el fruto del vientre de Betsabé ya ha nacido.

David: ¿Y bien? ¿Qué es; niño o niña?

Matrona: Es un varón. Y muy sano, sin duda. Además, tiene los ojos de su padre.

David: ¿Ah, sí? ¿tiene mis ojos? (la interroga llevándose la mano al pecho)

Matrona: Sí, así es, majestad, tiene unos ojos idénticos a los suyo. Sin duda, Yahvé ha querido que se parezca a vos de tal forma que puedas amarlo más. Mire, por allí llega su madre.

Betsabé: (entra con el niño en brazos) Te presento, David, a tu hijo. ¿Qué nombre le pondrás?

David: (comienza a llorar) no creo que lo necesite.

Betsabé: Matrona, vete.

Matrona: Vale, señora, me iré. No olvide tomar reposo, ha sido un parto difícil y debe descansar por su bien.

Betsabé: Así haré. Ahora, vete.

Matrona: Adiós (hace una reverencia y se va).

Betsabé: Yahvé no tomaría represalias contra un recién nacido. No es tan malvado como para hacer eso, David, no es tan malvado.

David: Los días de este niño están contados, Betsabé, están contados. Solo vivirá una semana.

Betsabé: Bien, pues si no le vas a poner tú un nombre, se lo pondré yo. Se llamará... Yedid, que significa "amado de Dios".

David: pues te digo que durante una semana ayunaré, dormiré en el suelo y rezaré para que Yahvé perdone a este niño.

Betsabé: Pero David, no hagas tontería, la matrona ha dicho que el niño está sano.

David: Yahvé quiere esto, y no se detendrá por nada del mundo.

Betsabé: Bueno, no te impediré hacer lo que quieras, pues respeto tu fe y te amo (se va).

David: (se pone de a rezar) Aleluya, aleluya, aleluya, aleluya...

Amnón: (entra a escena) Padre, llevas dos días orando sin comer. Ven conmigo a comer y a tomarte una copa de vino.

David: No, hijo, debo orar. Vete.

Amnón: si tú lo ordenas (se va)

Absalón: (entra a escena) Padre, llevas cuatro días orando sin entrenar ni tocar la lira. Por favor, padre, ven conmigo a entrenar.

David: No, hijo, debo orar. Vete.

Absalón: bueno, padre, lamento entonces haberte interrumpido (se va).

Tamar: padre, esto no puede seguir así, deja de orar, llevas así seis días. Apenas descansas, no comes, no bebes y no dejas de llorar. Eres el rey de Israel, no puedes estar así.

David: Tamar, mi querida hija, tengo que arreglar mi error frente a Yahvé.

Tamar: Tú has hecho todo por conseguir el perdón de nuestro dios, si no te lo otorga es culpa suya y de nadie más.

David: lo siento, hijita, pero no puedo dejar de orar.

Tamar: en ese caso, yo me voy de aquí. Siento mucho verte así, pero has cambiado demasiado, padre (se va).

David: (gritando) Yahvé, ¿por qué me abandonas con mi sufrimiento? Escúchame. Aleluya.

Yahvé: (entra a escena) Aquí estoy, David, rey de Israel, para que me pidas disculpas.

David: Yahvé, perdóname, pues he pecado contra ti. Pero no es justo que el niño muera por mi pecado. Mátame a mí por él (David le extiende una daga y Yahvé levanta el brazo con la daga en mano).

Ángel: Señor, no seas cruel con David. En su humildad ha hecho todo lo que pudo para salvar al niño. Perdónale la vida, por favor.

Yahvé: ¿Sabes lo que dices, pequeño ángel?

Ángel: Sí, señor. Perdónale y compénsale por lo que va a perder.

Yahvé: Me parece justo. David, el niño morirá, tus hijos Amnón y Absalón también morirá y Tamar será violada por un miembro de tu familia, pero de Betsabé nacerá un niño al que llamarás Salomón. Él será un rey tan justo y bueno como tú, y mucho más prudente.

David: Si así lo deseas, que así sea.

Yahvé: Ya amanece. El niño ya ha muerto. Ve y consuela a Betsabé, quien tendrá el corazón roto al encontrar a su primer hijo muerto.

David: Amén (Yahvé y el ángel se van y David se sienta en su trono. Entra Betsabé llorando).

Betsabé: (cae a los pies de David) David, amor mío, el niño ha muerto... el niño ha muerto...

David: lo sé, cariño. Yahvé nos lo ha quitado.

Betsabé: No sabes, amor mío, cuánto odio a tu dios, pues me ha arrebatado a mi hijo. ¿Qué clase de dios le quita a una madre su hijo? Primero lo hizo a las mujeres egipcias, y ahora a mí.

David: Lo hizo por justicia, justicia que nos ha castigado a ambos cuando solo yo debería haber sido castigado. Mas te digo, amada Betsabé, que Yahvé me prometió darnos otro hijo.

Betsabé: (poniéndose en pie) Pues mira, te digo, David, que estoy furiosa con tu dios, y creo que me costará mucho perdonarlo (se va).

Aarón: (entra) Señor, ¿qué haréis ahora?

David: (Poniéndose en pie) Me lavaré, me cambiaré de ropa y comeré.

Aarón: Cuando el niño vivía, ayunabas y llorabas, ¡y ahora que el niño ha muerto os levantáis y coméis!

David: Cuando todavía vivía el niño, ayunaba y lloraba, porque me decía: "¡Quién sabe si Yahvé tendrá piedad de mí y hará que el niño viva!". Pero ahora que ha muerto, ¿para qué voy a ayunar? ¿Puedo yo volverle a la vida? Yo iré a él, pero él no volverá a mí.

Aarón: Si eso decís, señor, iré y os prepararé un baño caliente (se va).

David: (de rodillas, mirando al público) Solo me queda una palabra en la lengua; aleluya.

(se cierra el telón)

Aleluya.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora