Note "A"

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Quince años después...

La enorme ciudad de New York, siempre fue lo suficientemente ruidosa para cualquier ser vivo con un sueño relativamente ligero.

Pero cuando eres un programador trabajando para el FBI, y tus horas de sueño son escasas cuando tienes fechas límite muy importantes que cumplir, descubres que poco te importa que Godzilla y King Kong estén peleando contra los Aliens de la guerra de los mundos a media cuadra de tu apartamento.

No era extraño quedarse dormido en posiciones sumamente exóticas, cual felino que siempre fué en su adolescencia y su innegable flexibilidad para encontrar comodidad incluso en las teclas de su computadora.

—Papá.- una voz femenina lo llamó mientras lo movía de su hombro.

—Mmm...- tarareó aún con los ojos cerrados

—Ya despierta.-

—No me gusta la mermelada de fresa...- balbuceó totalmente dormido.

La joven chica de catorce años, cabello castaño negro como la noche, ondulado al final, ojos grandes, redondos, verde salvia, con ligeras motas doradas, nariz respingona, tez blanquecina con algunos lunares en ubicación similar a su muy dormido padre, soltó un resoplido.

Se dió la media vuelta, caminó unos pasos a la habitación contigua y volvió con un pequeño extintor de auto, lo apuntó a su perezoso padre, le quitó el seguro, y le disparó una carga

—¡GAAAAHHHHH!.- Chilló callendo estrepitosamente al suelo desde la silla del ordenador

Ella dejó de bañarlo en extintor y lo miraba con una ceja arqueada.

—¡SON MIS OREOS!.- gruñó desde el suelo, atontado pero ya muy despierto, tomando el mouse inalámbrico como arma de defensa. —NO TOQUEN MIS OREOS...-

La chica parpadeó observándolo fijamente, como si pudiera atravesarle el cráneo con la mirada.

—... Baja ese mouse, papá... los de la mudanza llegarán en cinco minutos.- Lo regañó con un tono plano pero las cejas arqueadas a modo de burla.

Stiles parpadeó un poco más consciente de lo que ocurría, e intentó ponerse de pie, salvaguardando la dignidad que le quedaba, mirándola con reproche.

—¡Ella Margaret Stilinski, uno de estos días me vas a matar de un infarto!.-

—Tu dieta es impecable, salvo en fechas  límites de entrega en tu trabajo.-

—¡La gente puede morir de un susto!.-

—Trabajas en el FBI.-

—¡Soy esencialmente programador!.-

—Que también elabora perfiles complejos en criminalística, cuando le toca hacer trabajo de campo.-

Stiles boqueó en el aire y colocó ambas manos en su propia cadera a modo de jarra, probablemente maldiciendo el día en el que pensó que era buena idea llevar a su hija al trabajo. Ella alzó ambas cejas como si estuviera diciéndole "acabo de ganarte en esta".

—En esta casa no hablamos cejas-español, señorita.- intentó suprimir una pequeña sonrisa —Tampoco bañamos a papá con un extintor.- desvió el tema.

—Detalles... Detalles... (tarareó claramente en desacuerdo) Ahora ve a ducharte, así desayunamos antes de que lleguen los de la mudanza.- Ella dejó el extintor a un lado mientras anotaba unas cosas en su libreta de bolsillo, de cuero negra, con un pequeño compartimiento apartado para una pluma.

Su abuelo Noah, se la había regalado en su cumpleaños número ocho, y la adoraba, ya que llevaba a todas partes para escribir sus investigaciones, organizar su lista de pendientes, dibujar o simplemente anotar todo lo que quisiera. La vida de Ella estaba en esa libreta, como si fuera una investigadora o una periodista en acción.

Eli & Ella (Sterek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora