La misión de Eli

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El chico pedaleó a toda velocidad, su vieja bicicleta.

Era lo único que tenía más a la mano, y que evitaría llamar la atención no deseada de su padre y su amiga/ hermana.

Fué directamente hasta la casa del sheriff, dónde como era de esperar por lo tarde que era en la noche, se encontraba durmiendo. Así que aprovechó para escabullirse silenciosamente en el garage de la casa, gracias a la copia de la llave que ahora guardaba en su llavero.

Se subió al Jeep, pero faltaba la llave había sido confiscada por Noah, así que se deslizó un poco bajo el tablero del volante para buscar los cables correctos y darle el arranque necesario.

Sonrío cuando escuchó al motor ronronear, así que sin perder más tiempo, salió de allí tan sigilosamente como pudo.

Condujo hasta la reserva, y antes de llegar, detuvo el auto, y se quedó allí estacionado un rato, sacando un viejo mapa, para alumbrar con su linterna, intentando leerlo.

—Entonces, el lugar debe estar por aquí...- señaló el mapa con su mejor cara de concentración, antes de asentir para darse coraje, luego salió del auto, para caminar por el lugar unos cuantos minutos, hasta que finalmente pudo encontrar la vieja casa Hale.

—Esa debe ser...- murmuró mirándola con sorpresa

—Si, esa era la casa de los abuelitos de papá...- le respondió la voz de un niño pequeño, en el cuerpo de un cachorrito de lobo de aspecto fantasmagórico azulado, con algunos destellos a su alrededor se apareció sentadito, junto a él.

—¡JESUCRISTO!.- Eli prácticamente saltó de su propia piel, mirando la figura con miedo

El cachorrito le dió una sonrisa canina con la lengua fuera y todo

—¡Ese no es mi nombre!, tonto hermano mayor... ¿No me recuerdas?, ¿En el ascensor?.-

La expresión de miedo de Eli, mutaron en un gracioso movimiento de gestos hacia la confusión y luego vino la comprensión cautelosa.

—¡¿Eres tú niño?!.-

El lobito dió un pequeño ladrido de alegría que resonó como un eco, para despues mover la colita con entusiasmo —¡Si lo recordaste!.- comentó emocionado

Eli le dió una pequeña sonrisa ladina, abandonando completamente la cautela y miedo inicial. Se hincó sobre una pierna y pasó su mano sobre la cabeza del lobito azulado, notando que este no era corpóreo, pero aún así, no impidió que se te se pavoneara como si pudiera sentir el cariño de la mano humana.

—¿Cómo puedes estár aquí?...-

—Para ayudarte con Tata.-

Eli soltó un pequeño suspiro y asintió. Bueno, esto era mejor que su plan inicial, que tal vez, y solo tal vez, podía ser un poquito impulsivo.

—¿Cómo?.- preguntó el adolescente

—No sé... La señora mala tiene un montón de cosas y juguetes que tienen luces brillantes por toda la casa, y en el jardín.-

—¿Cómo eran esos juguetes?.-

—No sé... Creo que eran redondos y tenían luces que se prendían y apagaban como las luces de navidad.- el cachorrito ladeó el rostro

Eli hizo una mueca aplanando sus propios labios en una delgada línea.

Okay, esto no estaba yendo a ninguna parte, así que continuó indagando

—¿La señora mala se encuentra en la casa?.- redirigió su pregunta

El niño negó —Salió hace poco.-

Eli & Ella (Sterek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora