Eli & Ella (Sterek)

Moonlight

Temibles criaturas nocturnas, seguían a su creadora, como un montón de títeres sin voluntad propia. Drenados de vida y con un montón de sed de sangre.

Marchando con una sola orden a seguir. La destrucción de todo lo que encuentren a su paso y consumir la sangre de todo ser de sangre caliente y corazón latiente.

La luz de la luna finalmente salió de su escondite entre las nubes, alumbrando el terreno en la reserva

Iluminando la casa y los árboles.

Derek, estaba observando fijamente por la ventana, con sus ojos rojos fijos en la pequeña multitud de muertos vivientes, que empezaban a asomarse desde las sombras.

Un gruñido peligroso desde el centro de su pecho, se escapó a la defensiva, mostrando levemente sus colmillos crecidos y sus feroces garras sujetando la cortina corrida.

En el sótano, Ella y Eli estaban irreconocibles debido a los estragos de la primera luna llena y la situación de la que eran plenamente concientes.

Se acercaba una batalla, una guerra tan antigua como los de su propia especie.

Peter hacía todo lo posible por contener a los cachorros de lobo, que para su sorpresa, eran más fuertes de lo que esperaban.

Cuando la mujer vampiro emergió y puso un pie directamente a las afueras de la casa de los Hale, el alfa salió y cerró la puerta tras de sí, mientras se aseguraba de no romper la línea de sal bajo la entrada.

—Mira mira mira... Qué tenemos aquí...- la mujer sonrió con malicia

—Jessica...- Derek escupió el nombre mientras sus ojos brillaban de un poderoso rojo y su expresión era de absoluta rabia.

—¿Me extrañaste, querido?.- tarareo burlona

—¿Qué demonios quieres?.- le gruñó sin paciencia

—Ohh... Verás... Le prometí a cierta prima que la ayudaría a terminar el trabajo que ella y mi tío no pudieron... Pero me cansé de hacerlo a su manera y decidí improvisar un poco...-

Derek arrugó el rostro con aún más desagrado

—¿Cómo es que nunca supe lo que eras y quien eras?.-

Rebecca se carcajeó abiertamente.

—Porque los estúpidos perros como tú, solo tienen sus sentidos más primitivos para guiarse... Un poco de magia negra por aquí... unos ingredientes por allá... y no es muy difícil engañar esos sentidos ¿Sabes? No muy diferente a un humano idiota o un animal tonto...-

En un parpadeo, ella estaba susurrándole al oído.

—Lástima que el vínculo de pareja es algo que no podía engañar tan fácilmente... O sino te habría montado como un maldito caballo de carrera por lo bueno que estás... Sentir un poco de la emoción que mi querida primita sintió contigo y eso que eras... La mitad de hombre de lo que eres ahora...- le ronroneó

Derek soltó un rugido y sus colmillos emergieron al igual que sus garras, dando un paso hacia ella de forma amenazante, pero ella le sujetó el cuello clavándole las garras solo un poco, de forma amenazante.

—Ahora que no hay una razón para ocultar lo que somos, y ya no hay molestias entre nosotros, ¿que dices si tú y yo finalmente hacemos algunas cosas divertidas?...-

Un disparo la apartó de golpe del lobo. El sheriff Stilinski estaba dentro de la casa, en el segundo piso, desde la habitación de Stiles, había roto el vidrio de uno de los cuadrados de la ventana, para poder disparar a voluntad.

Balas bañadas en sal, tal y como les indicó Argent que hicieran, para herir a los muertos vivientes.

En otro parpadeo, la mujer nuevamente estaba en su lugar, miró con odio al sheriff, pero luego sonrió retrocediendo sobre sus pasos, mientras sus marionetas sin vida avanzaban lentamente.