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Aquella mañana en la librería tanto como la pareja como uno de los empleados estaban con los estómagos satisfechos y el corazón lleno, ¿la razón? Los famosos cupcakes de Seokjin habían llegado a Literary Squirrel como cortesía del mismo. La suave voz de Marilyn Monroe inundaba el sitio, haciendo efecto en la mejora del ánimo de los presentes que recién abrían el lugar en espera de más clientes.

Tras una pelea incesante con Jungkook, quien no creía que este fuera mejor cocinero que su pareja, Seokjin al fin había cedido y desde temprano se dedicó a preparar suficientes pastelillos para compartir. 

Por supuesto, Yoongi aún no probaba ninguno ni tampoco podía decirse que su corazón estuviera lleno.

Más de una semana había transcurrido y Namjoon no aparecía por la librería, ¿de verdad estaba tan molesto? Se preguntaba Yoongi cada que podía suspirando y mirando a la nada.

—¿Qué tienes, Yoongi-chi? ¿No te gustaron los cupcakes? Ni siquiera los has tocado —dijo Seokjin poniéndose del otro lado del mostrador, abultando un puchero para animar a su compañero o al menos provocar que se burlara de él por actuar de ese modo

—Perdón, Jin es sólo porque estamos en horario de trabajo y no me di cuenta de que estaban aquí —se disculpó forzando una ligera sonrisa

—Hay pocos clientes aún, come un poco en lo que me encargo de la tienda

—Estoy bien, no te preocupes

—Pero yo quiero que los pruebes —insistió al momento de tomar uno de los pastelillos e intentar alimentar al otro— A ver, sólo una mordida, anda

—No, Jin, espera

—Ya lo hice toda la mañana y te da pereza hasta mover la mano, anda, muerde

Yoongi torció el gesto e intentó evitar que Seokjin le alimentara, pero este era más alto y más fuerte que él, por lo que cualquier intento de resistencia fue en vano. Tomó de su nuca con la mano libre y le obligó a permanecer frente a él y probar del cupcake de chocolate, acercándolo lentamente a su boca.

Suspirando por enésima vez desde que se había levantado, le dió un mordisco pequeño al pan, llenándose el labio superior de crema batida, algo que había hecho reír a Seokjin quien lucía satisfecho de su hazaña.

—Yah, justo así, ¿qué tal? Seguro sientes tu alma endulzada justo ahora —respondió victorioso al ver cómo su compañero disfrutaba del postre y abría más los ojos

Yoongi estaba a punto de hablar y pelear con el otro cuando todo tipo de pensamiento y acción se detuvo al instante que la figura de Namjoon apareció frente a él. Estaba dentro de la librería, apenas en la entrada pero bastante cerca de ambos, ¿en qué momento entró? Ninguno de los dos le prestó atención por estar tan concentrados en el asunto de los cupcakes.

—¡Buen día! ¿Puedo ayudarle en algo? —saludó Seokjin haciendo una reverencia leve

—Gracias, estoy bien —su voz era firme y cortante, denotaba cierta molestia que el de piel clara mal entendió

—Estoy a sus órdenes, cliente —concluyó antes de girar y seguir insistiendo a su compañero que probara los demás, tomando un segundo pastelillo con la intención de llevar a cabo la misma acción bajo los ojos atentos del moreno—. Ahora este, Yoongi-chi todavía no pruebas el de zarzamora

—E-estoy bien, Jin, gracias —se negó amablemente, siendo consciente de la mirada molesta que estaba puesta sobre ambos y lo incómodo de la situación

—Anda, sólo una mordida más, una pequeñita

—¡Oiga! —gritó Namjoon desde la mesa del centro— ¿Me ayuda de este lado?

soft cover [yoonnam]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora