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Hoseok no bromeaba cuando se trataba de su librería, era un gran jefe ya que constantemente tomaba en cuenta las opiniones de sus clientes. Cuando Stephanie, una chica de secundaria con un corte de cabello peculiar quien se terminó encariñando con la pareja, le sugirió que añadiera una pequeña área de lectura, Hosoek estuvo más de una semana buscando los muebles más cómodos y adecuados para llevarlos. Y no sólo eso, también estaba preocupado por la iluminación, por lo que, al final, terminó reacomodando toda la planta baja para colocar los sillones junto a la enorme ventana de la entrada.

Por supuesto, después hubo que arreglar la parte exterior con un poco de naturaleza a petición del mismo Yoongi que se apoderaba de uno de los lugares y gustaba de ver algo verde además del concreto infinito de las calles.

Está de más decir que el mismo Hoseok no sabía que su empleado se sentaba a leer, pero eso no afectaba del todo al negocio, pues era conocido por ser un sitio acogedor y de amables personas, todos los clientes alguna vez envidiaron el trabajo del mismo Yoongi.

Por eso mismo estaban los cuatro desocupando los libreros principales y moviendo los libros en cajas para que no se dañaran en el proceso. Jungkook trabajaba con ellos limpiando y empujando las herramientas de un lado a otro atendiendo las exigencias de Hoseok quien señalaba hacia dónde había que poner todo o quitar unos cuantos tornillos viejos.

—Yoongi-chi ayúdame aquí por favor —Seokjin estaba de pie junto al nuevo mueble, limpiándose las gotas de sudor que bajaban por la sien— No puedo mover el estante yo solo

—Dame un segundo, Jin —recargado en el mostrador no paraba de mover su mano por una hoja de papel que estaba usando a modo de borrador, escribiendo tanto como podía e ignorando su alrededor

Era el primer lunes del mes, no había exactamente mucha gente esos días sobre todo por la mañana, ninguno de los cuatro estaba realmente preocupado por el desastre. Hoseok dió sus últimas indicaciones y bajó de nuevo hacia la bodega para seleccionar los títulos que estarían más a la vista.

—Ugh, de qué sirve tu altura si eres un debilucho —molestó Jungkook señalándole con el plumero—. Él podría hacerlo sin ayuda y sin quejarse

—¿Perdón? Hobi me contrató, si tienes una queja ve directo con él, gracias

—No te equivoques, no estoy cuestionando sus decisiones, sólo las capacidades de mis empleados

—Podrías ayudarme para que acabe pronto en lugar de quejarte de mi fuerza

—Tsk, no puedo, tengo que limpiar todos los estantes de por allá y por acá —soltó burlón antes de retirarse al primer piso con una media sonrisa divertida que hizo a Seokjin voltear los ojos— Suerte con la carta, hyung

Yoongi seguía escribiendo, escuchando apenas la pelea cotidiana de los otros dos, estaba tan habituado a ello que ni siquiera le prestaba importancia a la falsa molestia de Seokjin, este último dejando de lado los guantes para secarse el sudor de las manos y la frente que comenzaba a brotar poco a poco para acercarse al mostrador.

Su mano dolía conforme las líneas avanzaban, pero como era usual en él, no podía detenerse por mucho que quisiera y, después de todo, no estaba intentando escribir bien a la primera.

—Veo que al fin decidiste declarar tu amor añejo a tu hombre —molestó el más alto

—No es una confesión per se, sólo quise escribirle algo

—Pero ahí dice "Namjoon, tus encantos me han dejado embelesado a tal grado de arrebatarme el sueño por las noches, Selene es testigo de los llamados vehementes de auxilio que han imperado la oscuridad de tu ausencia y de cuánto anhelo el fulgor de tu sonrisa..." —leyó con voz profunda y dramática— y si eso no lo hace una confesión entonces no sé qué sea

soft cover [yoonnam]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora