page twelve

122 11 4
                                    


Si Yoongi tuviera que narrar los eventos más memorables de su vida comenzaría por el día que conoció a su mejor amigo en el colegio gracias a una pelea (que le costó una suspensión junto a varios moratones) y aquel día en el que Namjoon amaneció entre sus brazos.

El tibio y tenue aliento chocaba contra sus labios, sus ojos adormilados apenas podían abrirse, el bulto entre sus brazos y el peso de algo sobre su cadera le hizo percatarse de que no era su almohada lo que tenía en sus manos.

Poco a poco sus ojos comenzaron a despejarse de la neblina matutina y fue ahí donde se sintió desfallecer, ¿cómo era posible? La noche anterior apenas recordaba descansar un poco en su cama mientras Namjoon tomaba un baño y ahora tenía el cuerpo expuesto del otro contra la tela de su camisa.

Tan cálido, la respiración ligera de Namjoon chocaba con su rostro y le hacía cosquillas, su semblante sereno y la forma en que sus cejas se relajaban mientras dormía fueron suficientes para hacerlo sonreír de lado. No era la primera vez que lo veía de ese modo, pero era la primera vez que podía incluso ver la línea de sus arrugas alrededor de sus ojos y en la frente.

Era cierto que en cuestión de tamaño y peso Namjoon le supera, incluso si pudiera verse desde fuera juraría que estaba enterrado debajo del cuerpo del otro pero, ¿a quién le importaban esas nimiedades físicas? Sus brazos eran lo suficientemente fuertes y su pecho tan amplio para envolver a Namjoon y ofrecerle un hogar en donde pudiera refugiarse cada noche, incluso toda la vida.

Su corazón no dejaba de latir frenético y sus ojos eran incapaces de mirar en otra dirección, todo lo que podía hacer era observar y esperar a que despertara. Fue así como pasó el tiempo y la luz matutina comenzó a ser más intensa. Namjoon se movió ligeramente, pasando su mano sobre el torso del otro, apresando el cuerpo ajeno entre el colchón y su cuerpo.

Yoongi sonrió y llevó su mano libre hasta la espalda del moreno, dejando ligeras caricias sobre la tela del pijama que le había prestado.

Un suspiro y una risa se escucharon al mismo tiempo, esta última por parte de Namjoon quien no pudo contenerse más.

—Me haces cosquillas, Yoongi —dijo sin abrir los ojos

—Lo siento, no quería despertarte

Los movimientos del rubio se detuvieron, dejando su mano sobre el hombro del otro, tratando con todas sus fuerzas no moverse demasiado. El cabello alborotado de Namjoon estaba tan cerca, las finas hebras castañas revueltas eran demasiado atrayentes para el otro que sentía sus manos picar al sentir el calor del otro.

¿Cómo habían llegado hasta ese punto? Hace unas cuantas semanas Yoongi intentaba disimular su atracción en Namjoon y ensayaba mentalmente lo que habría de decirle.

Sus dedos se enredaron poco a poco en aquel caos matutino, pasando suave sobre la superficie hasta llegar a la raíz en donde sus yemas continuaron con aquel vaivén que marchaba al mismo compás de sus sentimientos.

Namjoon soltó otra risa, menos tensa y más ligera que la primera. Fue suficiente para hacer entender a Yoongi que estaba cruzando aquella línea inexistente de espacio personal. Quizás, pensó, ya era suficiente estar de ese modo.

—Me gusta —habló el moreno con voz rasposa— hazlo de nuevo por favor

Y Yoongi atendió la orden sin detenerse a preguntar una segunda vez. Parecía que Namjoon le había leído y comprendía la necesidad que tenía en aquel instante.

Ambos se acomodaron mejor, Namjoon se presionó más sobre su pecho dándole espacio a alcanzar su coronilla. Yoongi movía sus manos con cierto temor a toparse con un nudo, caminando lento sobre la tibia superficie, permitiéndose sentir el calor que emanaba aquella maraña de pensamientos y cabellos que estaba dispuesto a desenredar.

soft cover [yoonnam]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora