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𝑊𝐸𝑅𝐸𝑊𝑂𝐿𝐹

• ᴹᴬᴿᵛᴱᴸ ᴿᴱᴬᴸᴵᵀʸ •

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𝖵𝖠𝖭𝖢𝖮𝖴𝖵𝖤𝖱. 𝖢𝖠𝖭𝖠𝖣𝖠́
𝟤𝟢𝟢𝟩

El sonido de vidrio rompiéndose y los quejidos de la mujer se escucharon en la pequeña cabaña.

— No lo preguntaré una segunda vez López.

Rumlow sujetó con firmeza a la mujer por los brazos, estampándola contra la pared.

— Y no te responderé una segunda vez Brock...

Rumlow sonrió de lado mientras apretaba el agarre.

— Karen... cariño... — el hombre acarició de manera "dulce" los brazos de la contraria, dando una falsa sensación de confianza — Lo estoy intentando por las buenas...

— ... — Karen mira los pedazos de vidrio esparcidos en el suelo; eran un pequeño jarrón antes de que Brock lo lanzara hacia a ella. — ... Vaya que lo estás intentando.

¿Dónde está la niña? — preguntó una vez más, volviendo a apretar los brazos de Karen.

— Ese no es tu problema... — Karen respondió de forma calmada, aunque tensando su mandíbula — Ya confirmaste que la niña no es tuya, no tienes porqué reclamarla.

Karen habló entre dientes sin apartar la vista o viéndose amenazada por Rumlow. Quien solo se dedicó a sonreírle con cinismo.
Karen soltó otro quejido cuando Brock la volvió a golpearla contra la pared.

— Pierce te tuvo mucha paciencia Karen y yo también.

De repente una de las puertas se abrió; uno de los compañeros de Rumlow tenía a una niña en brazos.
Karen intentó moverse para abalanzarse contra el agente, pero Brock la detuvo de nuevo. Esta vez apuntándole con su arma a la menor que se encontraba dormida en los brazos del extraño.

— Me imagino que le enseñaste a tu hija a esconderse... — murmuró Rumlow quitándole el seguro a la pistola —  Te has vuelto predecible López.

— ¿Acabas de drogar a mi hija?

Murmuró Karen en voz baja sin quitarle los ojos de encima a la niña.

— ¿Y cómo crees que me la llevaría sin que hiciera un berrinche? — dos agentes más se acercaron para contener a Karen; la mujer gruñó cuando sintió el collar neutralizador en su cuello — Una parte de ti se debe queda en HYDRA.

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