Capítulo 3

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—¿Cómo va todo por aquí? Trajimos pizza, botana, cerveza y claro, una limonada para nuestro invitado especial ¡Vamos a celebrar este logro! —exclama De la Vega con algarabía.

—¿Se puede saber a qué se debe esta celebración? —cuestiona Tony.

—Te presento al nuevo CEO de CLAN —Se regodea extendiendo los brazos y haciendo una reverencia.

—¿Y... Quién es el nuevo CEO? —vuelve a preguntar al no ver entrar a nadie más.

—Lo tienes frente a tus narices, idiota —Se aclara la garganta y corrije. —Perdón, ¿Pues quién más que tú servidor, mi querido Tony? —Finje cordialidad.

—¿Y Urdaneta?

—Ya habrá tiempo de hablar acerca de él, por el momento solo te diré que no lo veremos en largo tiempo. —Toma asiento y reparte las latas de cerveza poniendo la pizza al centro de la mesa.

Tony se pone de pie y se acerca con discreción a Máximo quien se deshace en ese momento de su gabardina colgándola en un perchero.

—Espero que no sea lo que estoy pensando —Intenta tomar a De la Vega por el cuello de su camisa, pero con una mirada basta para que Tony reprima sus impulsos.

—Pues no estás nada equivocado, creo que al fin me vas conociendo.

—¿Sabes que esto se nos puede salir de las manos? Se suponía que solo tomarías el control de la empresa por la vía jurídica.

—No te preocupes, tengo todo bajo control. ¿Olvidas que mi cargo era el de director creativo de la compañía? Ya tengo todo el espectáculo preparado, solo falta que amanezca para subir el telón —Susurra con su clásica sonrisa sarcástica.

Entretanto, Emir toma asiento, el hombre se mantiene ensimismado, aún sin despojarse de su abrigo y estornuda en un par de ocasiones. Diego lo observa mientras comienza a degustar la pizza, no pudiendo aguantar la tentación. El chico observa con curiosidad su alrededor, en las paredes hay decenas de afiches que anuncian funciones de lucha libre pasadas, así como máscaras de los más famosos gladiadores.

—¿Te gusta la lucha libre? —Emir rompe el hielo al fin.

—¡Me encanta! Siempre quise ir a las luchas cuando era niño, pero mi padre nunca quiso llevarme, así que me tuve que conformar con verlas en la pequeña televisión que teníamos en la sala.

—¿Quién es tu luchador favorito? —Estornuda.

—Tenía varios favoritos, pero ya no recuerdo sus nombres. Había uno que usaba una máscara azul con una medialuna a mitad del rostro. Se llamaba... Algo de Warrior, no me acuerdo bien. Es que... ¿Sabe? Tiene tiempo que dejé todo lo que me gustaba para ponerme a trabajar.

—¿Y tu padre? ¿Qué es de él?

—Mi padre me abandonó hace casi siete años, dijo que ya no podía mantenerme, y que debía arreglarmelas solo si quería salir adelante —Baja la mirada al recordar su pasado.

—¿Y no supiste nunca nada más de él?

—No, me echó de la casa y dijo que jamás volviera a acercarme.

Emir escucha con atención, teniendo la intención de consolarlo al ver cómo esa felicidad que denotaba su mirada apenas minutos atrás, cambiaba a una profunda tristeza al tocar el tema de su padre.

Irascible ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora