Esclava Sexual | CNCO Y Tu [+18] (Editando)

3; Estados Unidos

____________ García

Ahí estaba yo, sentada en un avión rumbo a Estados Unidos, era la primera vez que viajaba en uno. Se me hizo muy difícil dejar a Joel, aunque al parecer a él se le hizo normal y sin sentimientos. Karen estaba muy emocionada, y yo pues... con mis sentimientos revueltos, espero y todo vaya bien.

Me recosté en mi asiento y cerré los ojos, no sé cuánto tiempo paso, pero me quede dormida. Mucho tiempo después, desperté y encontré a un muchacho que sin negarlo era guapo, traía lentes de leer y un libro, yo aún adormilada lo volteé a ver y le dediqué una sonrisa a la cual me devolvió.

—¿Qué viene a hacer una joven tan linda a USA? — dijo el chico dejando a un lado su libro.

—Ni yo sé a lo que vengo— respondí sincera —Y gracias por el cumplido.

—Pues la mayoría tiene una razón — comentó sonriendo —por cierto, me llamo...

No termino de decirme su nombre porque el capitán del avión anuncio que ya casi aterrizábamos y que no nos moviéramos de nuestros asientos. Después de eso ya no mencionamos nada y bajamos del avión.

Fui a buscar mi equipaje en cuanto bajé del avión, un señor de traje y corbata sostenía un letrero con mi nombre y apellido. Me acerque a él.

—¿Es usted ____________ García? — preguntó en cuanto yo llegue con él.

—Sí, soy yo.

—Sígame, tengo ordenes de trasladarla — dijo y empezó a caminar.

Lo seguí y llegamos a un auto negro con los vidrios polarizados, donde el, amablemente me abrió la puerta. Cuando ya estábamos ambos en el auto, arrancó. Lo único que iba haciendo era viendo el paisaje y pensando que iba a pasar ¿Para qué necesitaban una chica? ¿Qué me iban a pedir que haga?

Llegamos, el chofer bajo primero y me abrió la puerta para luego extender su mano. La tome y baje del auto. El comenzó a bajar mis maletas, cuando acabo, se subió al auto y se marchó. Quede enfrente de una casa, más bien, una mansión beige y un portón café, con cristales de colores que formaban una figura la cual no podía distinguir bien.

Me acerqué a la puerta y toque, nadie me abrió, volví a tocar, pero nadie me abrió. ¿Qué acaso no sabían qué iba a llegar hoy? Esto me enfado demasiado, me senté en los escalones y esperé.

Una hora después, llegaron 3 autos lujosos, un Ferrari, un McLaren y un Bugatti. Todos bajaron al mismo tiempo, parecía como una típica escena de película.

Me daban ganas de ir y jalarlos de las orejas para decirles que nunca se le deja a una dama plantada y menos cuando ellos la invitan, ¿Qué acaso su mamá no les enseño a cómo tratar a una mujer?

—Vaya, miren quien ya ha llegado — dijo el chico blanco con ojos marrones, que traía una camiseta sin mangas que dejaba ver sus tatuajes.

—Hicimos buena elección, no me quejo —dijo el otro chico moreno que no traía camiseta y dejaba al descubierto sus múltiples tatuajes y músculos.

—Es mejor que las otras, tiene un buen trasero y buen busto— dijo el tercer chico de ojos verdes que el andaba vestido decentemente.

—¿Disculpa? — pregunté en tono furiosa —¿Qué acaso no les enseñaron a presentarse y saludar?

—Y de mal humor, para ser honestos — comentó el moreno.

—Me dejaron aquí más de una hora, no he comido y mi vestido ya se arrugó— resople enojada.

—Cálmate, princesa, ya llegamos ¿no? — dijo el chico blanco de ojos marrones acercándose a mí. Me tomo de la muñeca jalándome hacia adentro de la mansión.