Esclava Sexual | CNCO Y Tu [+18] (Editando)

11; Asistente Personal

Narra (____)

La señora que me encontré en la cocina, si, si, ella ¿Por qué no lo había pensado? Tenía que responder ya, porque los idiotas no tardaban en regañarme.

—La quiero a ella — señalé hacia la señora que me encontré en la cocina.

—¿María? — pregunto Christopher —Escoge otra, no creo que ella dure mucho.

—La quiero a ella, si voy a tener asistente que sea ella.

—Está bien — respondió Richard.

—También tengo una condición— dije mirándolos a los cuatro.

—¿Cuál? — pregunto Erick.

—Que le suban el sueldo a María.

—¿Para qué? — pregunto Zabdiel — Si con trabajar en esta casa ya es mucho.

—¿Con ustedes? No lo creo — respondí irónica.

En eso se acerca María para oponerse.

—No hace falta, señorita — dijo la mujer —Como ellos dicen, ¿Para qué recibir más?

—Es eso o nada — dije frunciendo las cejas — He dicho.

—Está bien, solo será ella — confirmo Erick.

Después de unos minutos más donde los chicos hablaban con los empleados, Richard le dijo a María:

—María, luego hablaremos en privado, mientras tanto, muéstrele la casa a (____) para que se vaya familiarizando con ella.

—Como usted diga, señor Camacho — respondió la mujer asintiendo también con la cabeza — Venga conmigo señorita.

Empezamos a caminar hacia las escaleras y subimos al segundo piso. Ella me fue indicando para que eran cada una de las habitaciones que íbamos viendo, cada chico tenía su propia habitación, también había un cuarto de videojuegos, un gran gimnasio, una sala de spa y varios lujos más.

—Esto es gigantesco, María — dije con asombro al mirar por la ventana. Dios, tenían una pista de Skateboard, una cancha de futbol y una de baloncesto.

—Lo sé — respondió ella — No era necesario pedirle eso a los muchachos.

—Sé que usted puede necesitarlos — comente mirando aun la ventana — Eso será poco de mi parte por tener que aguantarme.

—¿Y usted, señorita? — pregunto cambiando el tema —¿Por qué se encuentra aquí?

—Todo se trató de un sorteo — respondí —El premio era venir a vivir con ellos seis meses.

—Qué bueno que gano, señorita — comento sonriendo — Los chicos necesitan felicidad, y al parecer usted se las da, a pesar de haber llegado hace poco.

—Pero si tienen todo —aclare sin entender por qué lo decía — ¿Por qué no tiene felicidad?

Ya no alcanzo a responder porque Erick nos interrumpió.

—Al fin te encontré — dijo — Nos vamos de compras.

—No necesito, gracias — respondí mirando hacia la ventana de nuevo — Vayan ustedes.

—No te pregunte, si vas a estar aquí, necesitas algo más que esos trapos.

¿Trapos? ¿Qué se creía este imbécil?

—He dicho que no quiero ir.

Se acercó a mí, agarro mi brazo y me jalo para irnos de ahí. Estábamos caminando hacia la puerta principal.

—No quiero lastimaste, ni mucho menos hacer algo que tu no quieras — comento Erick soltando mi brazo — Solo quiero lo mejor para ti. Vamos.

Me abrió la puerta dejándome pasar, mire afuera una camioneta grande color negro, supongo que los chicos ya están a dentro, Erick también me abrió la puerta de la camioneta y me dejo pasar primero. Había dos asientos desocupados en el medio, hasta atrás venia Zabdiel, y hasta en frente venían Christopher y Richard.

Cuando pase por entre estos últimos, Richard azoto su mano contra mi trasero.

—Idiota.

Solamente escuche sus risas y cerraron la puerta. El chofer pregunto hacia dónde íbamos y los chicos respondieron que primero a Louis Vuitton. Empezó a conducir, antes de salir de las rejas de la casa, pude ver que había muchos camarógrafos y reporteros. Vaya que eran famosos.