'Maestro Wei, maestro Wei'.
'Maestro, es hora de levantarse'.
'¿Maestro Wei, está muerto?', inquirió una voz femenina.
Las risas estallaron a su alrededor y Wei WuXian solo pudo quejarse con miseria. Sintió que le pinchaban el costado con algo puntiagudo, seguido por lo que asumió era la impresión de una bota.
'¡Es tarde, maestro!'
Wei WuXian se removió con evidente mal humor, y las voces femeninas emitieron una queja ante el sobresalto.
"Aiya, ya te escuche A-Mang, ¡A-Feng, has algo con tú hermana!"
Las damas fantasmas emitieron una risa coqueta y se deslizaron lejos de la furia de su maestro, en una lluvia de sedas multicolor.
Wei WuXian se removió entre sus túnicas negras y se quejó en silencio por los pliegues atrapados entre sus piernas. El peso extra en dichas prendas fue poco bienvenido pero aceptado frente al gélido cambio de estación.
Quería reñir a aquel cuarteto de cabezas huecas, pero decidió dejar ir el asunto y les dejó ser. Se desperezó con torpeza y buscó en su escritorio.
A-Feng, cuyo rostro fantasmal se coloreó con polvos rosas y utilizó un velo en la mitad inferior para esconder la cicatriz de sutura que Wei WuXian había realizado al reparar su forma espectral, se acercó curiosa para sostener la caja de joyas que se le entregó.
Sus ojos negros como bayas brillaron, y su sonrisa parcial se diviso bajo el velo.
"Compartelo con tus hermanas", indicó.
Las jóvenes rieron y revolotearon como flores. Hurgaron dentro del alijo y repartieron brazaletes de jade y pendientes de oro. El alhajero fue dejado fuera de las protecciones del Luanzang a manera de ofrenda, y las conservó porque era bien sabido el gusto de aquellos fantasmas joviales por el uso de joyas y brillos.
Habiendo obtenido su premio, las jóvenes prácticamente flotaron de sus pies y regresaron a su habitación para acicalarse un rato.
Wei WuXian se dejó caer contra el piso de madera, y posó su antebrazo en el rostro. Le dolía la cabeza y se sentía miserable, era el primer sueño largo que tenía en mucho tiempo, y el descanso llegó a él después de ahogar su cuerpo en cantidades incalculables de alcohol.
Medio shichen más tarde, se desperezó como un felino. Escuchó su espalda emitir sonidos burbujeantes, pero le resto importancia.
Revisó su bitácora, y se percató del paso de las lunas, y la amplia lista de proyectos pendientes.
El primero de ellos era verificar el progreso de la guerra. No lo había hecho en algunas semanas, pero supuso que nada demasiado relevante habría ocurrido en su ausencia.
Se aferró al espejo de cobre en el que trabajó el último mes y lo sincronizó con los ojos del cuervo marioneta que reanimó para tener mejor panorama de los acontecimientos simultáneos. Sin embargo, su boca se torció con amargura al percatarse del desastre entre las calles. Por lo visto el clan Wen actuó en defensa frente al asesisinto del primer maestro del clan Wen. Vio el caos y la agitación que se formó en las calles, y los inocentes en ambos bandos siendo apaleados y sometidos.
Wei WuXian puso los ojos en blanco ante la estupidez de las sectas combatientes y el orgullo arrogante de sectas como Yao y Jin. Fue tan lamentable. Supo que permanecer al margen no traería más que desesperación a los inocentes, y cedió a los vulnerables, como único acto misericordioso en su retorcida existencia la última década presente.
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Ladrón de destinos
FantasyWei WuXian escapa de su prision después de trece años de tortura por crimenes a los que fue adjudicado. Ha desatado el caos y transmigrado a un mundo alternativo donde el héroe del cultivo, Hanguang-Jun, se encuentra en camino a la cima. Wei WuXian...