XIII. Maldición

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Hacía el sureste de NanChong, se estableció una aldea.

El poblado fue conocido como 'Eryu'; y se dijo que había obtenido aquel nombre debido a la sensibilidad al resentimiento, ya que, por las noches era habitual escuchar el susurro de los muertos. Pues se habían establecido cementerios en las colinas aledañas. Así mismo, el paso de la guerra afectó el área, alimentando los suelos con el resentimiento de los soldados fallecidos.

La carta escrita, dirigida a Wei WuXian, señaló el caso de una joven chica. Tal doncella había experimentado terrores nocturnos, siendo estrangulada por un fantasma vicioso cada noche. Así mismo, se señaló que una enfermedad desconocida había comenzado a atacar su cuerpo, y, por consiguiente, debilitarle hasta un frágil estado.

Lan WangJi se encontró leyendo la información proporcionada, pero apenas encontró nada nuevo. En su camino desde ShuangChong a Eryu tomaron un breve descanso y se abastecieron con provisiones para los próximos días. Wei WuXian mordisqueó un bollo de cerdo, y apenas encontró interés en el contenido de la carta. Hubo algo emocionante en la cualidad de la maldición, pero Wei WuXian supuso que solo podrían obtener pistas una vez llegasen al poblado.

Preguntaron a pobladores de aldeas cercanas en búsqueda de orientación, y se desplazaron a través de las recomendaciones y guías de otros. En la segunda mitad del séptimo día de viaje, llegaron a Eryu tal como se tenía previsto.

La aldea fue menos opulenta que el pueblo de ShuanChong. Sus motivos se orientaron hacía la espiritualidad y ritos antiguos correspondientes a la zona. La mayoría de las personas se dedicó al campo, a trabajos de artesanía, y tejido. Incluso las vestimentas distaron de las túnicas habituales al este de Gusu o la región medio sur de Yiling.

El jefe de la aldea mantuvo sus reservas ante la ausencia del Yiling Laozu, pero reconoció a Lan WangJi como el emisario del mismo. Siendo aquel hombre quién entregó la carta en primer lugar. La acogida fue menos hospitalaria, más guiada a la desesperación y la ansiedad. Ya que, a diferencia de ShuanChong, la vida de la primera dama de Eryu se encontró en peligro con cada día transcurrido.

Wei WuXian se inclinó sobre su taza de té y preguntó: "¿Cómo comenzó esto?"

La madre de la niña se desgarró en llanto, y fue su marido quien apenas le consoló. Él también estaba en medio de una lucha interna por no resquebrajarse ante su dolor. "Nuestra A-Qing ha estado enferma desde el festival".

"¿Qué festival?"

"El festival que reverencia a los dioses", dijo la mujer.

El líder de la familia Guang, dio la razón, y continuó: "Así es, nuestra A-Qing es hermosa y amable. Bendecida por los dioses con ojos capaces de ver lo que otros no pueden. Por ello se le escogió como la sacerdotisa del pueblo. Sin embargo, durante el festival del mes pasado algo desafortunado ocurrió. Nuestra A-Qing cayó enferma, más tarde, acosada por un fantasma malvado. Por las noches tiene severas pesadillas, y cada mañana despierta con marcas de estrangulamiento en el cuello. La preocupación ha sido tal, que su madre no ha pegado el ojo desde entonces".

Lan WangJi prestó atención a la narración. Era consciente de la existencia de personas sensibles al resentimiento e incluso fantasmas; personas que a su vez se vieron acosadas por toda clase de espíritus. Pero, se encontró poco relacionado a maldiciones que involucraron dioses locales. Había escuchado sobre una deidad en forma de bailarina en Dafan, también de una diosa de las flores que reaccionaba a la poesía. Aún así, la educación de WangJi apenas cubrió lo suficiente, notándose ignorante en muchas de las leyendas locales de los pueblos aislados.

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